De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, el sector automoción afronta riesgos crecientes derivados de los profundos cambios del sector y la incertidumbre de la política comercial. «Esperamos que, en los próximos cinco años, aumente el riesgo crediticio de muchos de los proveedores de automoción estructuralmente más débiles, lo que generará tensiones de liquidez y más demoras en pagos y quiebras empresariales, incluso si los actuales problemas relacionados con el creciente proteccionismo y las limitaciones del libre comercio no se materializan”.
Aunque el desempeño global del sector en 2017 y 2018 está siendo bueno en los mercados principales, con perspectivas favorables a corto plazo, “esta situación positiva podría revertirse de inmediato, ya que los riesgos potenciales a la baja han aumentado en un entorno comercial que afronta ya desafíos estructurales. Aunque la imposición de aranceles punitivos de Estados Unidos a los vehículos y componentes ha sido suspendida por el momento, la cuestión sigue siendo una nube oscura en el horizonte, con repercusiones potencialmente graves para una industria que depende fuertemente de cadenas de suministro transfronterizas”. Otras cuestiones con un impacto potencial negativo a corto plazo son “la incierta amenaza del resultado del Brexit o la actual disputa comercial chino-estadounidense”.
Estas cuestiones de política económica están afectando a la industria automotriz mundial en un momento de “grandes desafíos estructurales que tarde o temprano afectarán al sector, como la reducción de emisiones, las nuevas tecnologías y los hábitos cambiantes de los consumidores. Dentro de la industria, la carrera competitiva para esta ronda de innovación está en marcha y requiere un gran gasto en I + D por parte de los fabricantes de equipos originales y proveedores. Esto plantea un gran desafío para el grueso de los pequeños y medianos proveedores, que entregan piezas y componentes de automóviles de menor valor, a menudo muy dependientes de un solo fabricante, en un entorno altamente competitivo”.
En España, el sector de automoción se ha beneficiado de una fuerte demanda global en los últimos años. La producción nacional de vehículos registró una tasa de crecimiento acumulada del 45% de 2012 a 2016. En 2017 la producción disminuyó ligeramente, según los datos patronales, pero las perspectivas del informe para 2018 son positivas. El informe destaca la fortaleza de la demanda interna, los márgenes del sector y la facilidad de acceso a la financiación. El nivel de insolvencia en este sector es bajo en España y Crédito y Caución prevé que esta tendencia se mantenga sin cambios en 2018.