Estudios recientes realizados por la Universidad de Queens sobre cultura corporativa, indican datos económicos más favorables en culturas de empresas que generan mayor compromiso de sus empleados. Datos como un aumento del 15% en la productividad o del 30% en los niveles de satisfacción del cliente.
De acuerdo con AV group, si el impacto en el negocio es real, se debe centrar la cultura corporativa de forma rigurosa, cómo algo que surge desde dentro de la organización, que es único y alineado con la estrategia de negocio. Ese es el momento en que la cultura corporativa se convierte en una ventaja competitiva, dentro y fuera de la compañía para empleados, clientes y colaboradores externos, y en todo tipo de empresas, independientemente de su tamaño.
Plantear a las organizaciones que revisen la coherencia de su cultura corporativa, es lo que proponen reguladores en distintos países, que apelan a las organizaciones a ser consistentes entre lo que dicen y lo que hacen, walking the talk.
En palabras de Ângela Martins, CPO & HR Consultancy Manager, “en el sector asegurador la adopción de la normativa de solvencia y también la futura adaptación de las compañías a la normativa de IFRS17, incorporan la cultura corporativa como un elemento clave para la gestión de riesgos y a la vez el compromiso con los valores éticos y de transparencia”
La capacidad de obtener información en tiempo real sobre la experiencia de cliente, o conocer de cerca la opinión de los empleados, permite a las aseguradoras identificar rápidamente las fortalezas y áreas de mejora de la cultura corporativa. Ese conocimiento puede ser el punto de partida para pasar del análisis a la acción.
Ângela Martíns concluye, “deberemos decidir si nos sumamos al carro de la transformación a través de una cultura corporativa, que debe dar soporte y permitir una adaptabilidad al entorno dinámico y exigente en términos de competencia y regulación, o bien, confiamos en nuestra propia historia y en los éxitos del pasado”.