El envejecimiento poblacional supone una transición demográfica que afectará de manera estructural a la economía global en el medio y largo plazo. El último informe publicado por el Servicio de Estudios de Mapfre ofrece un análisis de los efectos macroeconómicos de una pirámide regresiva y su impacto en áreas como los seguros, las pensiones y la salud pública.
El crecimiento exponencial de la población jubilada podría estar detrás de tres grandes tendencias actuales: la creciente interdependencia financiera, el estancamiento secular y el aumento de la desigualdad económica.
El dividendo demográfico y su efecto en el crecimiento
El envejecimiento poblacional es el resultado de un descenso continuado de las tasas de fertilidad sumado a un aumento de la esperanza de vida. La principal consecuencia de este cambio demográfico consiste en un incremento del ratio de dependencia adulta, que redunda en una reducción importante de la fuerza de trabajo.
Tasas de dependencia
Otra de las consecuencias más notables de la incremento de la esperanza de vida se deja ver en las tasas de dependencia (índice demográfico que expresa la proporción existente entre la población dependiente y la activa, de la que aquella depende). Según el informe, en Europa, Australia y América del Norte el ratio presenta en la actualidad (2019) valores por debajo de cuatro personas en edad de trabajar por cada persona que alcanza la edad de jubilación. En las proyecciones a cuarenta años (2059), en el Sur de Europa y Europa Occidental ese ratio queda por debajo de 1,5 personas en edad de trabajar por cada jubilado.
Este estudio busca complementar los esfuerzos de Mapfre en coordinación con la Deusto Business School para identificar las oportunidades de una población más longeva que pueda seguir contribuyendo al desarrollo económico y social.
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