La sanidad privada pide aprovechar sus recursos para acelerar la vacunación de COVID-19

A pesar de la decisión del Gobierno de aumentar un 17,12% la prima del concierto sanitario de Muface para los próximos dos años, este incremento sigue siendo insuficiente para garantizar la viabilidad del modelo.

La Alianza de la Sanidad Privada Española (Aspe) considera que incluir a la sanidad privada en la próxima campaña de vacunación de la COVID-19 y contar con los recursos asistenciales del sector permitiría acelerar el acceso a la vacuna. Tanto a los cuatro grupos prioritarios como al total de 18 grupos de población definidos en la estrategia anunciada por el Gobierno.

Desde la patronal destacan que contar con los recursos de la sanidad privada, como parte del Sistema Nacional de Salud, permitiría el acceso a un contingente imprescindible de profesionales sanitarios y de infraestructura técnica de gran valor para la sociedad. Tal y como ha comprendido el Gobierno alemán tras el reciente anuncio de la participación de la sanidad privada en su campaña de vacunación.

Estrategia para la vacuna del COVID-19 y la sanidad privada

Con relación al orden de prioridad de los grupos poblacionales establecido en la estrategia para el primer y segundo trimestre de 2021, la percepción de la patronal es que el alcance poblacional en esas fases podría ampliarse en relación con el contexto de disponibilidad de vacunas y lograrse mayor agilidad en su administración. Además, podría incluirse en las fases tempranas a colectivos no de riesgo para aumentar la inmunidad-país.

Para Carlos Rus, presidente de ASPE, “en esta lucha hace falta activar todas las herramientas y recursos a disposición porque se trata de salvar vidas. Apartar o excluir de la planificación e implementación efectivas del proceso de vacunación a la sanidad privada no favorece el objetivo principal en beneficio de la salud de los españoles: representamos a 12 millones de pacientes. Es decir, 1 de cada 4, que confían en la capacidad de nuestros profesionales y recursos tecnológicos”.

De hecho, ASPE iniciará contactos con las Comunidades Autónomas con presencia relevante del sector de provisión sanitaria privada con el fin de ofrecer toda la capacidad de los centros, clínicas y hospitales privados para apoyar la campaña de vacunación de la COVID-19. Que, según ha anunciado recientemente el Ministerio de Sanidad, comenzará en enero de 2021.

Colaboración público-privada

Aspe recuerda que la colaboración sanitaria público-privada, de contrastada eficacia a través de la existencia de numerosos conciertos nacionales y autonómicos a lo largo de los años, demuestra la experiencia y capacidad de este sector en el control, distribución, trazabilidad, flujo de comunicación y asignación de responsabilidad en los procesos sanitarios.

Mediante los sistemas de comunicación y protocolos habituales ya generados entre el sector público y el privado en el Sistema Nacional de Salud y a través de las mesas de coordinación autonómicas. La sanidad privada podría reportar toda la información oportuna para el registro estatal de vacunación del Ministerio de Sanidad a través de las CCAA. Como encargadas últimas de la administración de las vacunas. Y disposición de equipos, recursos y materiales.

Mano tendida de la sanidad privada

En opinión de ASPE, la ‘Estrategia de Vacunación COVID-19 en España’ presentada por el Gobierno central, si bien establece unos adecuados principios de equidad, aceptabilidad voluntaria y de coordinación nacional, requiere profundizar en las condiciones de administración de la vacuna.

En esta línea, ASPE tiende la mano a las autoridades sanitarias. Con el fin de establecer una colaboración efectiva en beneficio de toda la ciudadanía, ya que la sanidad privada no ha sido convocada. O consultada ni en el Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19 ni en otros. Excluyendo a un sector de enorme calado.

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