¿Los españoles conocemos las ventajas de los seguros de Vida Riesgo como medida de protección familiar? Las conclusiones del Libro Blanco sobre “La protección familiar en España y el seguro de vida” elaborado por el instituto de estudios sociológicos Análisis e Investigación y la Universidad Rey Juan Carlos con la colaboración de Banco Santander apuntan a que no.
El objetivo de este estudio es conocer hasta qué punto los españoles son conscientes de los riesgos económicos que corren las familias ante la posible muerte o invalidez de alguno de los miembros que aportan los ingresos al hogar; además se han buscado las razones de esa falta de concienciación, que son múltiples y que pasan por una falta generalizada de cultura financiera, por el papel de ‘padre protector’ atribuido al Estado, así como por un bajo nivel de percepción del riesgo.
Por otro lado, se ha profundizado en los frenos que tienen los españoles para la contratación de este tipo de productos como son, entre otros, una arraigada cultura de adquisición de inmuebles como solución de protección familiar, así como una lejanía emocional hacia los seguros en general, y los de vida en particular, propiciada esencialmente por una comercialización frecuentemente poco especializada.
La paradoja: el español, preocupado por su familia pero desconocedor de soluciones
La protección familiar se sitúa como una de las primeras preocupaciones para el conjunto de la sociedad; así, en el Estudio se reflejan datos como que “el no poder hacer frente a los gastos en el futuro” es para el 76% de los entrevistados la principal preocupación en relación a su familia. Por otro lado, existe una elevada conciencia de que el nivel de vida de la unidad familiar afrontaría un importante revés en caso de fallecimiento o invalidez de la persona que aporta el mayor número de ingresos al hogar; así las tres cuartas partes de los encuestados afirman que su poder adquisitivo y nivel de vida se vería “muy afectado”.
A pesar de que existe un marco motivacional por el cual el seguro de vida-riesgo podría ser una solución adecuada para paliar situaciones familiares dramáticas, los españoles presentan un alto grado de desconocimiento de las opciones para proteger de estos imprevistos a su familia. En este caso, la investigación arroja datos como que sólo un 11,8% sugiere espontáneamente el seguro de vida como fórmula de protección familiar, ocupando el primer lugar la adquisición de un plan de pensiones (27,4%) y, por detrás, encontrar trabajo (8,9%) y ahorrar (8,9%). A pesar de ello, esta falta de consideración y presencia mental de los seguros de vida no impide, sin embargo, que se reconozca mayoritariamente su utilidad básica; así es considerado por más de un 60% de los encuestados como “una buena medida” de cara a proteger a la familia.
España, a la cola en la contratación
Por otro lado, según los datos derivados del Desk Research, concretamente de Sigma (‘El seguro mundial en 2011’. Mayo de 2012), España se encuentra a la cola en el ranking de contratación de seguros de vida (incluyendo los de vida ahorro). En términos de volumen de primas per cápita apenas supera los 1.200 dólares, frente a otros países, como Francia, con 1.800 dólares, Alemania, con 1.900 dólares, o los Países Bajos, con más de 4.000 dólares. Sí es cierto que la renta per cápita española, inferior a la media europea, se traduce en un menor poder adquisitivo y en una menor capacidad de contratación de seguros de vida.
Por su parte, en el Estudio se constatan datos reveladores, como que el 79,5% de la población encuestada afirma no tener conocimiento sobre la pensión o protección social que le quedaría a su familia en caso de invalidez o fallecimiento. Aun así, los españoles valoran con un “aprobado raso” (un 5,62 en una escala de 10) este tipo de productos, y menos de 4 de cada 10 encuestados lo considera “una buena inversión”, “una solución por la que merezca la pena pagar”, o que sea “para gente como ellos”.
El 25% tiene un seguro de vida “open market”
Según los datos del Desk Research, en la última década, los seguros de vida (riesgo y ahorro) han tenido una mayor penetración en España. En 2008 y 2009 se produce un estancamiento en el volumen de primas, 2.573 y 2.535 millones de euros respectivamente-; en 2010 crecen un 10% situándose en 2.747 millones de euros; y en 2011 comienza a decaer el volumen contratado, alcanzándose en 2013 las mismas cifras de 2008. Según las respuestas de los entrevistados en la Macro Encuesta, el 42% de los españoles mayores de 18 años afirma tener en la actualidad algún tipo de seguro de vida: el 16,7% vinculado a una hipoteca y el 25,3% “open market”, sin vincular a ningún producto financiero (el 11% de vida-riesgo y el 14% de vida ahorro).
Por otra parte, también se derivan datos como que los seguros de vida son la medida más contratada para garantizar el futuro y que en cuatro de cada diez hogares hay personas con un seguro de vida. En cuanto a la potencialidad del producto, también es revelador conocer que un 10,8% estima que lo contratará en los próximos meses.
Es significativo señalar el profundo desconocimiento de las personas que declaran tener contratado un seguro de vida “open market”. La mayoría, un 60%, no recuerda el importe que paga por el seguro, una quinta parte no sabe precisar la compañía con la que lo tiene contratado, y ese mismo porcentaje no pudo detallar la cuantía del capital que obtendría su familia en caso de hacer uso del seguro.
Factores que influyen en la contratación
A la hora de plantearse la contratación de un seguro de vida-riesgo entran en juego una serie de factores, según se infiere del Estudio. La primera objeción es la imagen del sector asegurador, que no es especialmente positiva; la falta de especialización en los canales de venta; y la frecuente dificultad para el usuario en la comprensión de los términos de la póliza, por lo que se demanda una mayor claridad en el lenguaje de estos contratos.
En la decisión de compra también influyen factores como el nivel de renta per cápita, ya que a mayor nivel, mayor propensión a adquirir un seguro de vida. De otra parte, también influye la cobertura de la Seguridad Social y las prestaciones públicas (salud, viudedad, orfandad y jubilación), que hace que los seguros de vida-riesgo no sean considerados imprescindibles para los ciudadanos con niveles salariales más bajos.
En este sentido, los efectos de la crisis económica suponen una importante barrera para la contratación de seguros. Así, más de una tercera parte de la población encuestada reconoce que “no puede permitírselo económicamente”, si bien el Estudio demuestra que la mayoría de los ciudadanos desconoce el precio real del seguro de vida riesgo. Otra tercera parte afirma no verle utilidad, ni se ha planteado adquirir uno. Entre los motivos de contratación más valorados destaca el hecho de “tener cubierta a la familia”, en un 54,1% de los casos, seguido por “garantizar tranquilidad familiar ante una desgracia”, en un 40,7%.
El cliente demanda especialización
El Estudio demuestra que existe un marco de concienciación y una actitud claramente favorable para adoptar soluciones que aporten seguridad y salvaguarden el bienestar del núcleo familiar, aunque existe un importante desconocimiento de las alternativas que hay en el mercado para proteger de imprevistos a los seres queridos.
Los vendedores de seguros de vida tienen en este sentido un importante papel. Según datos de la Encuesta, las cualidades que más valoran los ciudadanos de estos profesionales son: que sean capaces de recomendarles un seguro de vida adecuado específicamente a sus necesidades (así lo afirma el 74,7% de los encuestados), su especialización en el sector (58,6%); y recibir una atención y un seguimiento personalizados (45,4%). Todo ello es más valorado que el hecho de que se les ofrezca el seguro de vida más barato del mercado, algo que sólo indica el 13,3% de los encuestados.
Decálogo de los expertos
El informe propone una serie de ideas para facilitar el desarrollo del seguro de vida-riesgo en España:
- Crear un marco legislativo estable que proporcione incentivos fiscales para este tipo de seguros.
- Concienciar a la población sobre su nivel real de protección familiar.
- Desarrollar productos de vida-riesgo claros y fáciles de entender.
- Potenciar la oferta y la comercialización diferenciada y segmentada de los seguros.
- Hacer los seguros de vida-riesgo accesibles a las economías más bajas.
- Asesorar convenientemente al cliente de la importancia de contratar un seguro de vida-riesgo.
- Recuperar la confianza de los clientes mediante un ejercicio de transparencia en los procesos de contratación.
- Encontrar un nuevo nombre para el seguro de vida-riesgo, ya que el actual ha perdido valor.
- Potenciar la reciente implantación del Registro de Seguros de Vida, en el que los notarios pueden consultar en las testamentarías, mediante su vinculación con el Registro Civil y extendiéndolo al resto de modalidades de seguros de vida (colectivos, de mutualidades, etc.).
- Mejorar el actual sistema de arbitraje extrajudicial para resolver los posibles conflictos entre los usuarios y las compañías.
Lamentablemente siguen con el mismo discurso y las mismas lamentaciones que se planteaban en el mercado de seguros español hace mas de 30 años.
No ha evolucionado el discurso y la realidad hoy es muy distinta de la de entonces, pero parece qeu no quieren ver la realidad.
No hacen falta especialistas, lo que se necesitan son aseguradores y profesionales que orienten el negocio hacia el mercado de riesgo, con productos serios y razonables y a primas asequibles. Poder se puede, pero se tiende al ahorro y a la comision de distribucion máxima.
Asi se llega a la situación actual de pensamiento del publico, que es como regresar al pasado.
La verdad es que resulta muy atractiva la idea de un seguro de vida riesgo para toda la comunidad…..
Lamentablemente siguen con el mismo discurso y las mismas lamentaciones que se planteaban en el mercado de seguros español hace mas de 30 años.