La Fundación Edad&Vida apuesta por un nuevo modelo de atención sociosanitaria integrado en el Sistema Nacional de Salud que asegure la continuidad asistencial.
La Fundación Edad&Vida, compareció ante el Grupo de Trabajo de Análisis del Impacto de la Covid-19 en las Residencias. Los representantes expusieron a la Comisión de Derechos Sociales del Parlamento de Cataluña las claves consensuadas por todos los agentes sociales y sanitarios del sector, en octubre de 2021.
En la VIII edición del Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida se evidenció la necesidad de apostar por un nuevo modelo de cuidados de larga duración que garantice la calidad de los servicios, la capacitación y la mejora de las condiciones laborales de los profesionales.
Todo ello a partir de sistemas de acreditación, transparentes y accesibles, que proporcionen atención de calidad a las personas mayores.
Integración Sociosanitaria: La atención del futuro
En sus conclusiones, la fundación insistió en los déficits de un sistema que la pandemia mostró aún con más crudeza. Las personas mayores que viven en residencias carecen de facilidades para acceder al Sistema de salud. Y no solo en Cataluña, también en el resto de España y países europeos.
El sistema ha fallado en todos los aspectos clave y ha sido incapaz de proporcionar una respuesta adecuada y a tiempo. De hecho, no existían planes de contingencia ni se contaba con criterios de actuación para afrontar una situación parecida a la del Covid. Tampoco se habían establecido protocolos que permitiesen el trabajo en la prevención de la pérdida de capacidades (cognitivas, físicas y funcionales) de las personas mayores. Por supuesto, no fue capaz de prever ni compensar el impacto del Covid ha tenido en la cronicidad.
Por ello es necesario poner en marcha un modelo de atención sociosanitaria real y establecer marcos normativos que refuercen la colaboración público-privada.
Diez aspectos fundamentales para garantizar la viabilidad del sistema
1.- Reconocer la atención sanitaria en residencias como un nuevo nivel asistencial — diferenciado de la primaria y de la hospitalaria—, plenamente integrado en el Sistema Nacional de Salud.
2.- Establecer herramientas de integración para facilitar el funcionamiento de este nuevo nivel asistencial. Por ejemplo, la historia clínica compartida o el acceso a recetas electrónicas.
3.- Desarrollar un nuevo modelo de planificación de cuidados de larga duración, optando por la atención domiciliaria o la teleasistencia.
4.- Crear un marco estatal de acreditación social y sanitaria básico y común en todos los territorios.
5.- Apostar por la especialización profesional, reconociendo la formación específica e impulsando la formación continua.
6.- Mejorar las condiciones laborales de los profesionales de los centros residenciales.
7.- Establecer un nuevo modelo de financiación basado en dos tipos de aportaciones en función de la tipología de necesidades que se atiendan en los centros. Es decir, del SNS para las asistenciales con un complemento del sistema social para las suyas.
8.- Garantizar y potenciar un uso eficiente de los recursos disponibles.
9.- Priorizar la libertad individual en la elección del recurso asistencial por parte del usuario.
10.- Poner en marcha estudios científicos robustos que expliciten tanto la carga sanitaria que atienden los centros residenciales como el coste real de la atención en los centros por grados de dependencia.
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