Pelayo cerró el tercer trimestre del ejercicio con un beneficio neto de 7,73 millones de euros, un 0,7% más que en el mismo periodo de un año antes. Según señala la mutua que preside José Boada en un comunicado, este incremento se debe a las distintas iniciativas puestas en marcha por la compañía para adaptarse a la negativa situación del mercado, así como al ajuste de gastos para mejorar su eficiencia.

La facturación sufre las consecuencias de la caída del consumo, con una caída del 10,5% frente al mismo periodo de 2012, situándose en 284,2 millones de euros. Este descenso se debe a la disminución de la prima media en autos, consecuencia de la bajada de tarifas y la contratación  de garantías más básicas del seguro, explica Pelayo.

La siniestralidad cerró los nueve primeros  meses del año en el 67%, ligeramente por debajo de la de misma fecha del pasado año, debido a la menor utilización del vehículo en los desplazamientos por carretera y a la selección de riesgos practicada por la entidad.

La solvencia de la mutua alcanza este tercer trimestre 338 millones de euros, que supone 4,7 veces el mínimo exigido.

Pelayo continuará adaptando su estrategia a las condiciones cambiantes del mercado y la situación económica. Su objetivo prioritario será la fidelización de la cartera de clientes, la correcta selección de riesgos y la gestión más eficiente de los gastos, que permita obtener un adecuado margen de negocio, recuerda la mutua.