Las olas de calor, cada vez más frecuentes, representan una amenaza creciente para la salud humana y el medioambiente. Estos eventos climáticos extremos pueden tener consecuencias graves. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las olas de calor son la principal causa de mortalidad relacionada con el clima.
En este contexto, el programa de monitorización del clima de la Unión Europea, Copernicus, señala que hay entre un 70% y un 100% de posibilidades de que el verano de 2024 sea más cálido de lo normal. Esta situación podría tener significativas repercusiones sobre la salud de las personas, siendo el golpe de calor uno de los riesgos más inmediatos.
Los riesgos de una ola de calor para la salud
“Los días de calor extremo pueden agravar los riesgos en personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares o respiratorias, y pueden provocar lesiones renales agudas, daños en el sistema nervioso central y en el sistema músculo-esquelético (rabdomiólisis). Esto ocurre debido a que el aumento de temperatura se asocia a una respuesta inflamatoria sistémica, ya que el cuerpo no puede compensar la temperatura central y disipar el exceso de calor. La sobrecarga a la que se ve sometido el organismo al intentar enfriarse también afecta al corazón y los riñones”, explica la Dra. María Andrea Castillo, médica de Familia del Centro Médico Sanitas Reina Victoria de Madrid.
En las ciudades, la situación se agrava aún más durante fenómenos de calor extremo. “Las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas circundantes debido a la concentración de edificios, carreteras, pavimentos y actividades humanas. Este efecto es especialmente notable durante las noches, ya que los materiales urbanos liberan la energía solar recibida, elevando las temperaturas nocturnas. La falta de vegetación y la abundancia de superficies asfaltadas potencian este efecto isla de calor, exacerbando los efectos de las altas temperaturas en la salud”, añade Jesús Miguel Santamaría, director de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra.
Espacios verdes para aliviar el calor en las ciudades
El reverdecimiento de las ciudades y la creación de espacios verdes se convierten en una necesidad crítica para mitigar estos efectos. “Durante los episodios de calor extremo, la importancia de los árboles y las áreas verdes en las ciudades es primordial. La vegetación urbana contribuye a reducir la temperatura y mejorar la calidad del aire, ayudando a disminuir los efectos negativos de las altas temperaturas sobre la salud”, señala Cathy Cummings, directora de Sostenibilidad y Relaciones Internacionales de Sanitas.
Para entender mejor los efectos que las ciudades y los factores ambientales, como las olas de calor, tienen sobre la salud, Sanitas, en colaboración con la Universidad de Navarra, está llevando a cabo un estudio que analizará los efectos de la situación climática actual en la salud de los españoles. Los resultados se publicarán a través de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente, una iniciativa conjunta de ambas entidades.
Acción de Sanitas contra los efectos de las olas de calor
Para enfrentar el impacto del calor extremo de este verano sobre la salud, Sanitas ha lanzado una acción dentro de su programa de sostenibilidad Healthy Cities. Gracias a esta iniciativa, la compañía plantará 28.000 árboles en diferentes puntos de España a partir de noviembre, con el objetivo de crear espacios verdes urbanos que ayuden a mitigar el efecto isla de calor, reducir la contaminación y potenciar la biodiversidad en las ciudades, haciéndolas más saludables.
Esta acción se llevará a cabo en colaboración con ayuntamientos de diversas ciudades y ONG’s como WWF.
Consejos de Sanitas para proteger nuestra salud en una ola de calor
Mientras tanto, los especialistas médicos de Sanitas han elaborado una serie de recomendaciones para protegerse frente a las olas de calor:
Reducir los esfuerzos físicos
El ejercicio intenso incrementa la demanda de oxígeno y la producción de calor en el cuerpo, lo que puede exacerbar los síntomas de enfermedades respiratorias y fatiga. Minimizar la actividad física en estas condiciones posibilita una respiración más controlada.
Proteger el hogar del calor
Mantener el hogar fresco es esencial. Se pueden instalar cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa y optar por colores claros en las paredes y techos.
Utilizar humidificadores
El aire seco, común durante las olas de calor, irrita las vías respiratorias y agrava los síntomas del calor en general. Los humidificadores brindan una humedad relativa confortable, facilitando la respiración y reduciendo la irritación de las mucosas.
Reconocer síntomas de alarma ante golpes de calor
Es crucial identificar señales como aumento de la temperatura corporal (mayor a 39º C), piel seca, agotamiento, dificultad para respirar, mareos, confusión o palpitaciones. En caso de estar ante un golpe de calor, es necesario acudir a los servicios de atención médica.
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