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Ya sea un empresario que viaja por motivos profesionales, un voluntario o personal de una ONG puede protegerse de los riesgos de secuestro y extorsión cuando viaja al extranjero
Un texto de V.M.Z.
No es habitual pero es más frecuente de lo que parece. Uno de los riesgos más importantes a los que se enfrentan los profesionales que viajan al extranjero es ser víctimas de un secuestro o extorsión. También para trabajadores o voluntarios de ONG que acuden a cooperar en lugares en conflicto o cercanos a ellos.
El sector asegurador cuenta con los seguros de secuestro y extorsión (K&R según sus siglas en inglés), que cubren diferentes aspectos relacionados con estos riesgos. Estas pólizas garantizan un capital máximo con el que se cubren los gastos derivados del secuestro, la extorsión y la detención ilegal con amenaza de daño personal o material.
Además del rescate, la compañía se encarga de todos los gastos generados en el proceso, incluidos los mediadores, gastos médicos, la defensa jurídica, el transporte y las pérdidas patrimoniales que pueda sufrir el asegurado, aunque cada compañía establecerá las coberturas concretas en cada póliza.
Además incluyen indemnizaciones en caso de fallecimiento o la incapacidad como consecuencia del secuestro. El asegurado debe tener en cuenta, además, que este tipo de pólizas suele ser de reembolso.
A la hora de contratar este tipo de seguros es de vital importancia especificar los países a los que se va a viajar, ya que muchas de las zonas más peligrosas del planeta podrían estar excluidas y no estar cubiertas por la compañía, o precisan de un recargo adicional en la prima para cubrir ese exceso de riesgo.
Entre las zonas consideradas de alto riesgo están países como Siria e Iraq, Afganistán, Argelia, algunas zonas de Ecuador y México, Libia, Mali, Pakistán, Filipinas y Venezuela, entre otros.