
Las interacciones adecuadas con personas mayores son esenciales para su bienestar emocional y cognitivo, evitando actitudes paternalistas y fomentando su autonomía.
A medida que la esperanza de vida aumenta y la población envejece, las interacciones con las personas mayores se han convertido en un aspecto clave para su bienestar. Sin embargo, persisten actitudes paternalistas.
Los profesionales de Sanitas Mayores aconsejan una serie de pautas para promover un trato adecuado y evitar la infantilización
Evitar hablar en su lugar
Permitir que los mayores expresen sus ideas sin intervenir en su discurso es fundamental para reforzar su autonomía. En caso contrario, puede dar la impresión de que no son capaces de comunicarse por sí mismos, lo cual aminora su confianza y participación social.
Adaptar la comunicación según sus necesidades
En vez de hablarles más alto o más despacio de manera automática, es recomendable preguntar cómo prefieren que se les hable. Por ejemplo, algunas personas pueden tener pérdida auditiva, pero otras no necesitan ajustes, y asumirlo puede resultar molesto o desmotivador.
Proponer actividades compartidas
Ofrecer opciones para realizar actividades juntos contribuye a que la persona mayor decida cuáles le interesan y fortalece su independencia. Sin embargo, imponer actividades consideradas adecuadas para su edad puede llevar a que se sientan encasillados y sin opciones de explorar nuevos intereses.
Tratarles como individuos con conocimientos propios
Muchas personas mayores han acumulado una gran cantidad de experiencia y vivencias únicas. Por ello, es primordial reconocer y valorar lo que pueden aportar, promoviendo un intercambio real y enriquecedor de ideas. De esta manera, no asumirán que necesitan enseñanza constante y su estado de ánimo no se verá afectado.
«Aplicando estas pautas en el día a día, nos aseguraremos de fomentar la participación activa de los mayores, lo cual trae consigo beneficios cognitivos y emocionales significativos. Al sentirse valorados y escuchados, se mitigan los niveles de estrés y ansiedad, mejorando así su memoria y la capacidad de toma de decisiones. Asimismo, mantener interacciones sociales donde puedan compartir su opinión y experiencias potencia su autoestima, y es un factor protector frente al deterioro cognitivo.», concluye Andrea Trujillo, psicóloga de Blua de Sanitas.