El Banco de Alimentos Infantiles ha puesto en marcha una iniciativa con el fin de facilitar alimentos esenciales a los bebés cuyos padres carecen de recursos, recogiendo productos específicos como leche de fórmula infantil, potitos, galletas, cereales, cacao o zumos
La temporada navideña ha estado marcada tradicionalmente como la época más solidaria del año. Durante los meses de noviembre y diciembre en todas las conversaciones se hace alusión a cenas y regalos navideños, pero no podemos olvidar a aquellas personas que se encuentran en una situación económica complicada. Muchos son ya los que, todos los años, dedican parte de su tiempo o ingresos a una ONG.
Las opciones son muy amplias: colaborar en campañas como “Un juguete una ilusión” de Radio Nacional de España y la Fundación Crecer Jugando, comprar las felicitaciones navideñas de asociaciones como Aldeas Infantiles, o la donación de juguetes a Cooperación Internacional o la Cruz Roja.
Una de las más populares consiste en la donación de alimentos a organizaciones dedicadas a la recogida y posterior distribución de los mismos entre los colectivos necesitados. Sin embargo, la gran mayoría de los donativos van destinados a niños o adultos, olvidando la alimentación específica que requieren los lactantes durante los primeros meses de vida y los niños de corta edad.
Según cifras de Unicef, en España más de 2 millones de niños se encuentran bajo el umbral de la pobreza. Se calcula que 3 de cada 10 niños se duermen sin cenar y van al colegio sin desayunar. La falta de hierro, proteínas y calorías no sólo perjudica la salud de los niños, también afecta a su rendimiento escolar.
El Banco de Alimentos Infantiles ha puesto en marcha una iniciativa con el fin de facilitar alimentos esenciales a los bebés cuyos padres carecen de recursos, recogiendo productos específicos como leche de fórmula infantil, potitos, galletas, cereales, cacao o zumos para conseguir que ningún niño se quede sin comer y expandir su ayuda a todos los rincones del territorio nacional.
La labor del Banco de Alimentos Infantiles no finaliza este 6 de enero. Durante el resto del año los donativos obtenidos también se destinan a facilitar desayunos, meriendas, gafas y material escolar a familias con ingresos mínimos. Para ello han creado un servicio de entrega de alimentos infantiles que garantiza el reparto ordenado, ágil y urgente, así como el acceso de todas las familias que lo precisen a una alimentación infantil básica, suficiente y adecuada a sus necesidades.
Affinion se ha sumado a la causa durante esta Navidad. “Todos los trabajadores de la compañía se han volcado con la causa –asegura Eduardo Esparza, country manager de Affinion- porque, aun sabiendo que no podemos solucionar el problema, queremos ayudar a paliar la malnutrición infantil, porque ningún niño merece pasar hambre. Creemos que la solidaridad se contagia y que entre todos podemos contribuir a que organizaciones como el Banco de Alimentos Infantiles puedan seguir creciendo para llegar a todos los hogares necesitados de España”.