El abanico de riesgos a los que se enfrentan los ejecutivos o administradores y directivos –así como los escenarios de siniestros resultantes por parte de las aseguradoras de D&O– se ha ampliado notablemente en los últimos años. Con la gestión corporativa bajo los focos como nunca hasta ahora, un nuevo informe de la aseguradora Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) señala cinco grandes tendencias que van a tener importantes implicaciones de riesgo para la alta dirección en 2020 y en años posteriores.
Este informe, Perspectivas de seguro de responsabilidad de administradores y directivos 2020, examina también algunos de los factores que se encuentran tras los recientes cambios registrados en el mercado de seguro de D&O tras un periodo continuo de fuerte siniestralidad.
Más litigios de D&O por «malas noticias»
«AGCS sigue observando un crecimiento de las demandas contra administradores y directivos por “malas noticias” no necesariamente relacionadas con los resultados económicos», afirma Shanil Williams, responsable global de Líneas Financieras en AGCS. «Los escenarios contemplados incluyen problemas con productos, catástrofes provocadas por la acción humana, desastres medioambientales, corrupción y ciberataques».
Este tipo de situaciones «provocadas por eventos» de diverso tipo dan lugar con frecuencia a reclamaciones por valores o derivados presentadas por accionistas tras la caída de la acción o la investigación abierta por el supervisor como consecuencia de estas «malas noticias». En Estados Unidos, de los cien mayores acuerdos extrajudiciales por fraude de valores, el 59% tenía su causa en este tipo de eventos1.
Del #MeToo a los ciberincidentes
También se han disparado las demandas asociadas al movimiento #metoo, en las que se alega que los administradores y directivos han permitido el desarrollo y la pervivencia de una cultura tóxica en las empresas. Otro tipo de eventos prevalentes son los incidentes cibernéticos. AGCS ha observado este último año un alto número de demandas colectivas, demandas por derivados, así como investigaciones y multas de reguladores, como las derivadas del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea, y, para 2020, prevé una aceleración.
Crecen las demandas asociadas al cambio climático
La falta de transparencia acerca de los riesgos de cambio climático dará lugar en el futuro a un creciente número de demandas. Hasta la fecha, ya se han presentado demandas asociadas al cambio climático en, al menos, 28 países de todo el mundo; de estas, tres de cada cuatro han sido presentadas en Estados Unidos. Crece el número de demandas en las que se acusa a las empresas de no haber sabido ajustar sus prácticas de negocio a las cambiantes condiciones climáticas.
Las deficiencias en materia de responsabilidad medioambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) pueden hundir el valor de las marcas. «Se hará a los administradores responsables por el modo en que se aborden en el ámbito corporativo las cuestiones asociadas a ESG y al cambio climático», sostiene Williams. «Tendrán que considerar, cada vez más, el impacto de estas cuestiones a la hora de plantearse la estrategia, la gobernanza, la gestión de riesgos y la información financiera».
Crecimiento de las demandas colectivas por valores bursátiles
Las demandas colectivas por valores crecen en todo el mundo conforme a la evolución de los distintos marcos jurídicos. AGCS ha observado una mayor receptividad de gobiernos de todo el mundo a la hora de admitir las indemnizaciones y demandas colectivas, especialmente en Europa, pero también en otros países como Tailandia y Arabia Saudí.
De manera simultánea, en Estados Unidos los últimos años han marcado un récord de demandas, con más de 400 demandas presentadas tanto en 2017 como en 2018, prácticamente el doble que la media de las dos décadas anteriores. Esta mayor actividad afecta tanto a empresas norteamericanas como a empresas extranjeras cuyos valores cotizan en mercados estadounidenses.
Crece el activismo accionarial
También se ha registrado un espectacular crecimiento del activismo accionarial. AGCS ha elaborado, junto con el bufete internacional Clyde & Co., un mapa de peligros que analiza el riesgo de que una empresa sea objeto de demanda colectiva por valores en una jurisdicción concreta, tomando en consideración la disponibilidad y prevalencia de financiación ajena para pleitear, factor que se considera clave para el creciente número de demandas colectivas.
Mientras que en países como Estados Unidos, Canadá o Australia se observa la mayor actividad y los procedimientos más desarrollados para las demandas colectivas, existe un desarrollo y fortalecimiento general de estos procedimientos en todo el mundo, apreciándose un notable desarrollo y una mayor actividad en los Países Bajos, Alemania, Inglaterra y Gales en estos últimos años.
Impacto de quiebras y tensiones políticas
AGCS prevé un mayor número de insolvencias que podrían potencialmente traducirse en demandas contra los administradores y directivos. En 2018, el número de empresas declaradas insolventes registró un crecimiento interanual de más del 10%, debido al acusado crecimiento, superior al 60%, registrado en China.
En 2019 las quiebras volverán a crecer, por tercer año consecutivo, más de un 6% en términos interanuales y se espera que en dos de cada tres países el número de solicitudes de quiebra sea mayor que en 2018.
«Las tensiones políticas, entre ellas importantes procesos electorales, el brexit y las guerras comerciales, pueden resultar en la necesidad de planificación de riesgos por parte de los consejos de administración, planificación que puede incluir la revisión de estrategias de cambio, la planificación de fusiones y adquisiciones y la adopción de decisiones relativas a cadenas de suministro y externalización motivadas por los aranceles. Las decisiones poco acertadas también pueden dar lugar a la presentación de demandas por las partes afectadas», afirma Williams.
Se extiende por todo el mundo la financiación ajena para pleitear
Las grandes tendencias anteriores se ven potenciadas por el hecho de que la financiación para pleitear se haya convertido en una forma global de inversión atractiva para inversores que, tras años de bajos tipos de interés, buscan una mayor rentabilidad.
Pese al gran debate sobre el modelo de remuneración de este negocio, la financiación para pleitear reduce buena parte de los costes iniciales que constituyen un obstáculo para las personas que buscan una indemnización. Muchos de los grandes financiadores de pleitos se acaban de instalar en Europa. Aunque Estados Unidos representa cerca del 40% del mercado, seguido de Australia y el Reino Unido, comienzan a abrirse otras zonas, como demuestra la reciente autorización de financiación ajena para arbitrajes en Singapur y Hong Kong. En el futuro, se prevé que la India y algunas partes de Oriente Medio sean focos de litigiosidad.
El difícil mercado de seguros de D&O
Aunque el valor estimado de las primas de seguros de D&O ronda los 15.000 millones de ddólares, la rentabilidad del sector se ha reducido en los últimos años por la mayor competencia, el aumento en el número de litigios y la mayor frecuencia y gravedad de las demandas. El número de siniestros D&O presentados a AGCS en los últimos cinco años se ha incrementado a tasas de dos dígitos.
Las aseguradoras se enfrentan a mayores costes legales no solo por la mayor actividad, sino también por el mayor número de siniestros y acuerdos extrajudiciales. Otro problema es que las demandas provocadas por eventos generan situaciones de agregación en las que se activan múltiples pólizas. Un mismo evento puede, por ejemplo, provocar reclamaciones al amparo de pólizas de seguro de aviación, medioambiental, de construcción, retirada de productos y riesgos cibernéticos.
Una respuesta a los riesgos estratégicos
«El seguro de D&O responde a los riesgos estratégicos intrínsecos de las empresas y de su alta dirección; durante el último año, el mercado de D&O ha registrado grandes cambios y en 2020 es probable que registre una mayor volatilidad», afirma Williams. «Una de las mejores defensas para protegerse de esta volatilidad es que los directores de riesgos y sus consejos de administración y directivos mantengan un diálogo abierto con aseguradoras e intermediarios para que todas las partes tengan un mejor conocimiento de la cultura de riesgos y de gobernanza de las empresas».
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