Los impagos por problemas financieros aumentan un 17% en el último año
Prevenir antes que curar. Ese es el lema que mejor representa la forma de prever los impagos para que las pequeñas y medianas empresas españolas, que representan el 99,8% del tejido empresarial, tengan saneadas sus cuentas. Sin embargo, los retrasos en los pagos son una realidad que puede verse favorecida por la paralización de la actividad como consecuencia de la crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19.
Según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, en el último año, los retrasos en los pagos por problemas financieros han aumentado un 17%, situándose como la principal razón de que los clientes no paguen a tiempo las facturas.
Seguidamente se encuentra la ineficacia administrativa. La escasa organización en esta área, así como la inacción en que deriva, es reconocida por el 36% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas como uno de los motivos por los que tienen recibos pendientes de sus clientes, un 16% más que en 2018.
Falta de compromiso en la base de los retrasos
A ello hay que sumar la falta de compromiso de algunas organizaciones a la hora de efectuar los pagos, pues 3 de cada 10 pymes españolas señalan la intencionalidad de no pagar como la principal causa de contar con facturas vencidas en cierre contable.
Sin embargo, a pesar de la multitud de razones que provocan retrasos en los pagos, son pocas las organizaciones que toman medidas al respecto. Según refleja este informe, en el que han participado más de 12.000 empresas de 29 países, 3 de cada 10 pymes españolas reconocen que no están tomando ninguna medida para preparar su negocio ante un declive económico y solo 2 de cada 10 planean asegurar los pagos de sus clientes.
5 claves para gestionar los impagos
Ante esta realidad, los expertos de Intrum han identificado las 5 claves que deben buscar las pymes para gestionar bien sus impagos y afrontar esta situación excepcional generada por el decreto del estado de alarma:
Impulsar la gestión digital de las finanzas
La tecnología juega un papel fundamental a la hora de contactar con los clientes. Muchos de ellos siguen operativos a través del trabajo en remoto, por lo que están pendientes de sus correos electrónicos y es un buen momento para optar por la factura digital. Enviar el documento por esta vía no solo implica un ahorro de tiempo y coste para la organización, también permite ganar inmediatez y seguridad, al mismo tiempo que se reduce el tiempo de las transacciones.
Comprobar los plazos de pago de las facturas emitidas
Los cobros acordados con los clientes a los que se han emitido facturas a vencimientos superiores a dos meses son aquellos que, probablemente, entrañan un mayor riesgo ante la previsión de ratios de impago actuales. Lo más idóneo es invertir en una herramienta de facturación que cree un reporte automático en tiempo real para crear un informe y ordenar las facturas impagadas de acuerdo con su vencimiento, número de días vencidas, cliente e importe.
Apostar por la empatía y carácter negociador
Una de las mejores armas para evitar que las deudas se extiendan en el tiempo es la proactividad. Para conseguirla, es importante, en primer lugar, conocer el motivo del retraso en el pago. El COVID-19 ha causado imprevistos en todas las empresas, también a nivel de liquidez y, por tanto, se pueden ofrecer diferentes medios u opciones de pago para cobrar la deuda en dos tramos. Todo ello sin olvidar el carácter negociador.
Protegerse
Contar con una empresa especialista en gestión de cobros y prevención de impagos para protegerse de las deudas es una opción idónea para aquellos que en estos momentos quieran centrarse en impulsar su negocio con nuevas ideas sin dejar de lado sus cuentas. Además de prevenir los impagos, este tipo de compañías disponen de un servicio de gestión completa de deudas que actuará como una especie de departamento interno de la propia compañía.
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