Los golpes de calor pueden afectar a la salud de las personas mayores, especialmente en los meses de verano. Se producen cuando la temperatura corporal supera los 40°C y el organismo no puede regularla adecuadamente. Esto puede provocar complicaciones como deshidratación, agotamiento, insuficiencia orgánica e incluso la muerte.
Instituto de Salud Carlos III
Según el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), durante el periodo entre finales de abril y comienzos de septiembre de 2022 se registraron en España alrededor de 4.700 fallecimientos relacionados con el exceso de calor. Esta cifra representa el 3,2% de todas las muertes registradas, superando el récord de 2017 y triplicando el promedio de los últimos cinco años. Cabe destacar que cerca de 3.800 de estos fallecimientos ocurrieron exclusivamente durante los meses de julio y agosto.
David Curto, director médico de Sanitas Mayores, explica que “los golpes de calor representan una seria amenaza para la salud de las personas mayores, y es crucial tomar medidas para prevenir su ocurrencia. A medida que envejecemos, nuestro cuerpo se vuelve menos capaz de regular eficientemente la temperatura interna, lo que aumenta la vulnerabilidad a los efectos del calor extremo. Esto puede desencadenar complicaciones graves, como deshidratación, agotamiento, insuficiencia orgánica e incluso la muerte. Es fundamental que tanto los cuidadores como los familiares estén alerta y tomen medidas precavidas, como mantener una hidratación adecuada, buscar ambientes frescos y eludir la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día”.
Consejos para evitar golpes de calor
Para evitar los golpes de calor en la población mayor, los expertos de Sanitas Mayores recomiendan seguir estos consejos:
- Mantener una correcta hidratación. Asegurarse de que la persona mayor bebe suficiente agua durante todo el día, incluso si no tiene sed, así como evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden aumentar la deshidratación.
- Usar ropa ligera y transpirable. Elegir prendas sueltas, de colores claros y fabricadas con materiales transpirables. Ayuda a mantener el cuerpo fresco y permite una mejor evaporación del sudor.
- Cuidar la alimentación. Es recomendable ingerir alimentos frescos y ligeros, como frutas, verduras, ensaladas y comidas ligeras y evitar comidas copiosas y calientes.
- Permanecer en lugares frescos. Durante los días más calurosos, buscar lugares con aire acondicionado, siempre que sea posible. Otra alternativa es utilizar paños húmedos y ventiladores para refrescar el entorno.
- Evitar actividades extenuantes. Limitar las actividades físicas intensas durante los días calurosos, especialmente al aire libre. El esfuerzo excesivo puede aumentar la temperatura corporal y el riesgo de sufrir un golpe de calor.
- Utilizar protección solar. Aplicar crema solar regularmente y utilizar sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger la piel y los ojos de los efectos dañinos de los rayos solares.
- Mantener contacto social. Es esencial que las personas mayores se mantengan en contacto con familiares, amigos y vecinos durante los días calurosos. Esto permite una supervisión mutua y brinda la posibilidad de recibir ayuda en caso de ser necesario.
- Prestar atención a los síntomas. Es crucial estar informado sobre los síntomas de un golpe de calor: mareos, confusión, piel enrojecida y seca, pulso rápido y dolor de cabeza.
La atención y cuidado hacia las personas mayores durante los días de calor extremo es una responsabilidad compartida. Al implementar estas precauciones, podemos ayudar a proteger su bienestar y minimizar los riesgos asociados al calor.
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