Para que se tomen medidas más eficaces y radicales ante la crisis climática hay que estar convencidos de que existe un riesgo real. Este es el propósito que tiene el nuevo informe del Observatorio de Salud y Medioambiente de DKV y ECODES: concienciar del gran impacto que tiene la emergencia climática en nuestra salud.
El secretario general de la ONU, António Guterres, tras conocer el sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC)[2], en el que han participado más de 234 autores de 66 países, declaró que esa información es “un código rojo para la Humanidad. Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables”. En el informe se señala el hecho inequívoco de que la actividad humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra. Sus proyecciones indican que en las próximas décadas los cambios climáticos aumentarán en todas las regiones y muchos de ellos, como por ejemplo el aumento del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.
Hace pocos días la revista Science publicó un análisis que explica que, si se mantiene la política climática actual, los recién nacidos en todo el mundo se enfrentarán, de media, a siete veces más olas de calor que las vividas por sus abuelos. Un niño que nazca hoy vivirá de media 2,6 veces más sequías, 2,8 veces más inundaciones y casi tres veces más pérdida de cosechas como consecuencia del doble de incendios forestales, que una persona nacida hace 60 años.
DKV contra el cambio climático
Por todo esto, con motivo del Día Internacional contra el Cambio Climático (24 octubre), la aseguradora y ECODES han presentado un nuevo Observatorio de Salud y Medioambiente titulado “Cambio climático y salud. La lucha contra el cambio climático, el mayor reto para la salud mundial del siglo XXI”.
La publicación, dividida en bloques, muestra el cambio climático como la principal amenaza para la salud mundial. Encontramos información sobre el seguimiento de las conexiones entre salud pública y cambio climático según los últimos informes de “The Lancet Countdown” con datos alarmantes como que de “2000 a 2018, la mortalidad relacionada con el calor en personas mayores de 65 años aumentó un 53,7” o “que de 1981 a 2019, los rendimientos de los cultivos han experimentado reducciones significativas: 5,6% para el maíz, 2,1% para el trigo de invierno, 4,8% para la soja y 1,8% para el arroz”.
Bloque 1 del observatorio de DKV: Abordar el cambio climático puede ser la mayor oportunidad para la salud pública global del siglo XXI
En este apartado se explica por qué el cambio climático es una amenaza que debemos convertir en una oportunidad para mejorar la salud pública global y la necesidad de actuar juntos y juntas para lograrlo. También cómo se produce el calentamiento global que origina el cambio climático, qué es el acuerdo de París o por qué el cambio climático y la salud interaccionan en la educación.
Bloque 2: La incidencia del cambio climático en la salud humana
Este observatorio revisa las últimas investigaciones sobre la incidencia del cambio climático y sus impactos directos sobre la salud (lesiones, enfermedades o defunciones) causados por fenómenos extremos como: las olas de calor, las sequías, el aumento del nivel del mar, las inundaciones, huracanes, etc.
También los principales impactos indirectos a través de los sistemas naturales: enfermedades respiratorias y alérgenos, enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua y enfermedades transmitidas por vectores y los efectos indirectos a través de los sistemas socioeconómicos: inseguridad alimentaria y del abastecimiento de agua y desnutrición, disminución de la capacidad laboral y el mayor sufrimiento para los grupos más vulnerables y por último desplazamientos forzados, o aumento de enfermedades mentales y estrés.
Bloque 3: COVID-19, bosques, naturaleza, biodiversidad y salud en relación con el cambio climático
En este bloque se analiza la pandemia de la COVID-19 y los bosques, la naturaleza y la biodiversidad como fuentes de salud en relación con el cambio climático.
Se trata de un apartado clave, ya que todo está conectado: la salud humana y la del planeta van de la mano. María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, ya señaló que “el 70% de los últimos brotes epidémicos que hemos sufrido tiene su origen en la deforestación y en esa ruptura violenta con los ecosistemas y sus especies. Un ejemplo claro de este fenómeno es el virus del ébola, que saltó de los murciélagos frugívoros de las selvas de África occidental a los humanos y desató el contagio. Lo grave es que pasó lo mismo con el sida y con el SARS”.
Bloque 4: La comunidad sanitaria frente al cambio climático
Además, se dedica un último bloque al decisivo papel que juega la comunidad sanitaria frente al cambio climático. Tanto como responsable de una importante contribución a las emisiones causantes del cambio climático, pero también como la oportunidad que supone reducir su huella climática, explica DKV.
El Observatorio de DKV finaliza con 5 sencillos gestos con los que reducir la huella de carbono: cambiar el ascensor por las escaleras, para evitar la emisión de cerca de 6 kg de CO2; apostar por la movilidad sostenible, priorizando los desplazamientos a pie, en bici o en transporte público; vigilar el consumo de electricidad, por ejemplo, ajustar el termostato de la calefacción o del aire acondicionado a un máximo de 21 ºC en invierno y un mínimo de 24 ºC en verano puede suponer un ahorro en el consumo energético de hasta un 24%; mejorar nuestra alimentación; y contratar energía verde, ya que al contratar una compañía eléctrica de origen renovable 100%, las emisiones de CO2 serán cero, y no costará más caro.
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