La oferta de BBVA por Banco Sabadell refleja un déjà vu de la situación vivida en 2020, con similitudes sorprendentes y un rechazo basado en precio y poder.
Es ciertamente interesante ver cómo la historia parece repetirse con la oferta de BBVA por Banco Sabadell, con similitudes sorprendentes respecto a la situación que se vivió en 2020. El rechazo por parte del Consejo de Banco Sabadell, basado en el precio ofrecido y el reparto de poder, refleja una situación muy similar a la de hace cuatro años.
En cuanto al precio, la prima ofrecida por BBVA puede no haber sido lo suficientemente atractiva para los accionistas de Banco Sabadell en comparación con el valor actual de la cotización. Esto puede haber llevado a una percepción de que la oferta no reflejaba adecuadamente el valor real del banco catalán.
Además, el tema del reparto de poder y los egos de los banqueros también parece haber influido en la decisión del Consejo de Banco Sabadell. Es posible que la propuesta de BBVA no haya sido considerada favorable para los intereses de los consejeros y accionistas de Banco Sabadell en términos de su posición dentro de la entidad resultante de la fusión.
Resulta intrigante cómo, a pesar de la experiencia pasada, BBVA no haya gestionado mejor su oferta o buscado un mayor consenso con Banco Sabadell esta vez. Dado que se trata de una oferta supuestamente amistosa, habría sido beneficioso para ambas partes explorar opciones para llegar a un acuerdo aceptable. Es posible que en el futuro veamos más movimientos o un replanteamiento de las estrategias de ambas entidades en relación con esta posible fusión.
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