El frío agrava los síntimas de la EPOC

El frío agrava los síntimas de la EPOC

Impacto del frío en la EPOC: las bajas temperaturas agravan la constricción bronquial y el riesgo de infecciones.


La EPOC es una de las enfermedades respiratorias crónicas más comunes en nuestro país que afecta a más de 3 millones de personas en España, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

“En el caso de la EPOC, la exposición a bajas temperaturas puede causar una constricción de los bronquios, lo que dificulta tanto el flujo de aire como la eliminación del moco acumulado en las vías respiratorias. Esto no solo incrementa la dificultad para respirar, sino que también aumenta significativamente el riesgo de infecciones respiratorias graves”, explica Isabel Badorrey, neumóloga del Hospital CIMA de Sanitas

Bajas temperaturas

Las bajas temperaturas pueden provocar espasmos en las vías respiratorias y reducir significativamente la capacidad pulmonar. Suelen coincidir con un aumento de la contaminación del aire debido al uso de calefacción durante el invierno. Estos factores agravan los síntomas respiratorios, especialmente en personas con enfermedades crónicas o sensibilidad pulmonar.

“Las personas mayores son más vulnerables al frío debido a una disminución de su capacidad para regular la temperatura corporal y a un sistema inmunológico más debilitado. Además, son quienes con mayor frecuencia padecen enfermedades crónicas como la EPOC o la bronquitis crónica. Por eso, las medidas de prevención y cuidado son esenciales para reducir el impacto del invierno en este grupo poblacional más vulnerable”, añade Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Los profesionales de Sanitas Mayores han elaborado una lista de recomendaciones para proteger la salud respiratoria en invierno.

Mantenerse bien abrigado

Usar varias capas de ropa cálida que permitan retener el calor corporal y prestar especial atención a cubrir la cabeza, las manos y los pies, que son las zonas por las que más calor se pierde.

Evitar cambios bruscos de temperatura

Pasar de un ambiente cálido a uno frío provoca un choque térmico que agrave los síntomas respiratorios. Se sugiere mantener los espacios interiores a una temperatura cómoda y estable, preferiblemente entre 20 y 22 °C. Asegurándose también de que estén correctamente ventilados, pero sin corrientes de aire.

Actualizar las vacunas

Las enfermedades respiratorias virales, como la gripe y la neumonía, son más comunes en invierno y pueden ser especialmente graves para las personas mayores. Es necesario actualizar las vacunas y llevar un seguimiento adecuado.

Mantener una adecuada humedad en el hogar

La calefacción reseca el aire, lo que irrita las vías respiratorias. Se recomienda utilizar humidificadores para mantener una humedad relativa entre el 40% y el 60%, previniendo así la sequedad y favoreciendo una respiración más cómoda.

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