
El tabaco y el uso de cigarrillos electrónicos durante la temporada alta de polen puede intensificar la inflamación del sistema respiratorio y potenciar las reacciones alérgicas, según los profesionales de Cigna Healthcare.
Tras un inicio de primavera marcado por la lluvia y temperaturas cambiantes, los niveles de polen se han disparado con la llegada repentina del calor. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), estos patrones climáticos favorecen el crecimiento de plantas altamente alergénicas, lo que intensifica y prolonga los síntomas respiratorios.
Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas
Aunque el consumo de tabaco convencional se encuentra en su punto más bajo en España en los últimos 30 años, la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas, alerta del aumento en el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores. Un 19 % de la población los ha probado alguna vez, y su consumo continúa extendiéndose, especialmente entre los más jóvenes.
A pesar de percibirse como menos perjudiciales, estos dispositivos —en su mayoría con nicotina— también contienen sustancias irritantes que afectan al sistema respiratorio. En plena temporada alta de polen, su uso puede agravar la inflamación de las vías respiratorias y amplificar la respuesta del organismo frente a alérgenos como el polen o los ácaros.
Los profesionales de Cigna Healthcare coinciden en que el tabaco tiene un efecto multiplicador sobre los síntomas de las alergias respiratorias.
Mayor inflamación y sensibilidad de las vías respiratorias
El humo del tabaco daña directamente el epitelio respiratorio, facilitando que los alérgenos penetren en las vías respiratorias y generen una respuesta exagerada del sistema inmune. Esta inflamación constante hace que incluso pequeñas cantidades de polen desencadenen síntomas intensos, como dificultad para respirar, tos persistente o lagrimeo excesivo.
Evolución hacia enfermedades respiratorias crónicas y empeoramiento de las mismas
Cuando los síntomas alérgicos se mantienen activos durante mucho tiempo, son severos y, además, se asocian al tabaquismo el sistema respiratorio puede sufrir daños estructurales como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o fibrosis pulmonar. De hecho, el tabaquismo per se es el principal factor de riesgo para el desarrollo de EPOC. Diversos estudios han demostrado que la presencia de alergias respiratorias puede empeorar los síntomas del EPOC y sus exacerbaciones.
Existe una relación bidireccional entre el tabaquismo y las alergias
Es decir, el tabaquismo puede empeorar los síntomas y consecuencias de alergias no tratadas, y a su vez la presencia de una alergia no tratada puede exacerbar y empeorar enfermedades pulmonares causadas por el humo del tabaco.
Peor calidad de vida emocional y funcional
El empeoramiento de los síntomas respiratorios, sumado a la fatiga, la falta de sueño y la dependencia de medicamentos, suele generar un impacto emocional negativo en los pacientes. Muchas personas experimentan irritabilidad, estrés, ansiedad o incluso síntomas depresivos. Además, la congestión constante, el malestar general y la limitación de actividades físicas afectan al día a día, reduciendo la calidad de vida tanto en lo personal como en lo profesional.
Menor eficacia de los tratamientos antialérgicos
Los fumadores activos y las personas expuestas regularmente al humo del tabaco tienen una peor respuesta a tratamientos habituales como antihistamínicos y corticoides inhalados. Esto obliga en muchos casos a aumentar la dosis o recurrir a medicación más agresiva, con el consiguiente impacto sobre la salud general del paciente.
Peor descanso nocturno y fatiga durante el día
La congestión nasal, el picor y la tos nocturna se intensifican en ambientes con humo, lo que interfiere directamente con la calidad del sueño. La falta de descanso no solo empeora el estado general de la persona, sino que debilita las defensas inmunológicas, creando un círculo vicioso que perpetúa el malestar.
Mayor riesgo de desarrollar alergias en niños y adolescentes
Los menores expuestos al humo del tabaco —incluso de forma pasiva— tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis. En quienes ya presentan síntomas, el tabaco puede acelerar su evolución y aumentar la carga de enfermedad a lo largo de su vida.