Este verano tiraremos un 25% más de tarjeta, pero de débito

Este verano tiraremos un 25% más de tarjeta, pero esta vez la opción favorita será el débito.

Este verano se presenta como la oportunidad de muchos sectores para recuperarse de las cifras económicas que ha dejado la pandemia. Los españoles estamos dispuestos a gastar lo ahorrado durante todo el año para poder disfrutar de unas merecidas vacaciones que, una vez más, serán costeadas con las tarjetas bancarias como el método de pago predilecto. En concreto, se espera que hagamos uso de ellas hasta un 25% más.

Esto tiene que ver mucho con el cambio en la forma de consumo. Reservar las vacaciones a través de Internet y pagarlas con tarjeta se ha vuelto algo habitual, por lo que es normal que en esta época del año aumente el número de transacciones que hacemos con ellas“, señala María Pérez, directora de Operaciones de Banqmi.

En 2020 se realizaron en España 4.735.994 mil millones de operaciones con tarjetas bancarias, según el Banco de España. Este dato supone el mejor de la última década con un incremento del 112,13% desde 2011. Por lo general, el uso de las tarjetas como método de pago se ha ido implantando en la sociedad española hasta ser el predominante, especialmente tras la pandemia.

Más operaciones con tarjeta, pero de menor importe

El número de operaciones crece más del doble que los importes, lo que refleja cómo se van imponiendo los micropagos en el uso de tarjetas. Toda esta tendencia está muy relacionada con la evolución la baja de las tasas de descuento, es decir, lo que los bancos cobran a los establecimientos comerciales por el pago con tarjeta“, señala Antonio Gallardo, experto en finanzas de iAhorro.

En lo que llevamos de 2021 los españoles hemos hecho 58,3 compras de media con cada tarjeta, el dato más alto de los últimos diez años.

Sin embargo, el importe medio utilizado en cada una de estas operaciones ha descendido cerca de 10 euros en la última década. En 2011, cada compra pagada con tarjeta suponía un gasto de 44 euros, mientras que en el primer trimestre de 2021 es de 31,12 euros. En total, el importe ha caído un 29,3% en los últimos diez años.

El débito se impone al crédito para costearnos las vacaciones con la tarjeta

La última clasificación que hace el Banco de España sobre el número de tarjetas que circulan en la actualidad en España es de 86,43 millones, apenas un 0,3% más que en 2020. De esta cifra, 49,05 millones corresponden a tarjetas de débito y 37,38 a tarjetas de crédito.

Los productos de crédito han ido perdiendo importancia en la estrategia de los bancos. Se ha observado una mayor dificultad para encontrar cuentas que tengan asociadas tarjetas de crédito y más barreras por parte de la banca para su concesión. Lo que hace pensar que este verano la tónica será la misma“, apunta la directora de Operaciones de Banqmi.

Por otro lado, el temor a un incremento en la morosidad por parte de los bancos también ha provocado que haya cierta reticencia a este tipo de financiación, a pesar de que el último dato sobre morosidad bancaria en el total del crédito ofrecido por el Banco de España repuntó ligeramente en mayo hasta el 4,55% (último dato disponible).

El menor uso de efectivo ha provocado también un desplome en la red de cajeros en España. Según los últimos datos del Banco de España, el número de retiradas de efectivo habría descendido un -41,2% entre 2011 y 2021. ” El descenso está especialmente concentrado entre 2021 y 2016 con una caída del -38,3%. Además de usar menos efectivo, el mayor cobro de comisiones por parte de los bancos si se usan redes ajenas y la dificultad de encontrar un cajero propio han motivado que cada vez que se saca dinero sea de un importe mayor”, explica Antonio Gallardo.

¿Qué buscan los clientes a la hora de contratar su tarjeta bancaria?

Los usos han cambiado y con ello las necesidades a la hora de contratar este tipo de producto. Es en este punto donde realmente se observa la brecha existente entre generaciones; si los más jóvenes buscan tener una operatividad 100% online con su tarjeta, los adultos o personas de edad más avanzada, se fijan mayoritariamente en tener una red de cajeros accesible.

“Una persona más mayor tiene la costumbre de disponer de dinero en efectivo, algo que las nuevas generaciones prácticamente han perdido. Por eso, para los primeros una tarjeta bancaria con la que puedan encontrar muchos puntos de retirada en efectivo sin costes será más importante que para un joven de 20 años”, destaca María Pérez.

Los más jóvenes, en cambio, están habituados a operar de manera 100% online desde que se abrieron su primera en el banco, incluso es posible que nunca hayan pisado una oficina bancaria. Por lo que para este colectivo la digitalización y el mayor número de herramientas online posible será el aspecto decisivo para decantarse por un producto u otro.

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