
Tras varias semanas de temperaturas inusualmente suaves, la entrada abrupta del frío marca el inicio real del invierno y obliga al organismo a adaptarse rápidamente, un proceso que puede afectar especialmente a los grupos más vulnerables, como personas mayores, pacientes con enfermedades cardiovasculares o respiratorias crónicas y quienes presentan un sistema inmunitario debilitado.
Según los expertos de Cigna Healthcare, los primeros episodios de frío intenso activan respuestas fisiológicas inmediatas, como vasoconstricción, aumento de la presión arterial o irritación de las vías respiratorias, que combinadas pueden desestabilizar la función cardiovascular y respiratoria. Estudios de la American Heart Association y del Instituto de Salud Carlos III muestran que durante las olas de frío se producen incrementos en ingresos hospitalarios por angina, arritmias, cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares e infecciones respiratorias, así como descompensaciones de patologías crónicas.
La Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, señala que “las temperaturas muy bajas desencadenan respuestas normales destinadas a conservar el calor, pero estas mismas reacciones pueden resultar exigentes para quienes conviven con enfermedades crónicas. Durante los primeros días, es habitual que aumente la sensibilidad a cualquier factor que pueda desestabilizar el organismo”.
Recomendaciones de Cigna Healthcare para protegerse del frío
Los expertos de Cigna Healthcare recomiendan medidas preventivas que ayudan a minimizar riesgos y facilitar la adaptación al invierno:
- Mantener la calefacción estable: mantener el hogar entre 19ºC y 21ºC y evitar cambios bruscos de temperatura reduce la vasoconstricción intensa y la irritación de las vías respiratorias.
- Vestir por capas con ropa técnica: combinar prendas transpirables con térmicas, usar guantes, bufandas y calcetines gruesos protege la temperatura corporal y disminuye la carga cardiovascular.
- Hidratación adecuada: beber suficiente agua, infusiones o caldos ligeros ayuda a mantener la viscosidad sanguínea y protege las vías respiratorias, incluso cuando no hay sensación de sed.
- Ajustar la actividad física: evitar ejercicios intensos al aire libre en horas de frío extremo y optar por entrenamientos en interiores o rutinas de movilidad y fuerza.
- Alimentación energética y equilibrada: incluir legumbres, cereales integrales, verduras de invierno y alimentos ricos en omega-3 para sostener la respuesta del organismo al frío y mantener la temperatura corporal.
- Revisión médica y control clínico: pacientes con patologías crónicas deben revisar medicación y controles antes del invierno, asegurando tener al día inhaladores, medicación de rescate y pautas de actuación ante síntomas de alarma.
El inicio brusco del invierno convierte estos primeros días de frío en un periodo crítico para la salud, especialmente en personas con mayor vulnerabilidad. Anticiparse y seguir recomendaciones básicas puede marcar la diferencia para mantener estabilidad cardiovascular y respiratoria durante la temporada invernal.