Los incendios se cobran la vida de 162 personas en 2014, un 22% más que un año antes



Diciembre es el mes con más víctimas mortales en el hogar, según un estudio de Fundación Mapfre

Un estudio de Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) destaca que en 2014 se ha producido un significativo incremento en el número de víctimas mortales por incendio y explosión en el hogar, lo que refleja el cambio de tendencia tras cuatro años consecutivos de disminución. Islas Baleares y Asturias encabezan por primera vez el ranking de las Comunidades Autónomas con mayores índices de víctimas mortales.

Los cuerpos de bomberos realizaron en 2014 un total de 125.774 intervenciones por incendios, 14.226 menos que el año anterior. Sin embargo este descenso en el número de incidentes no se reflejó en el número de víctimas mortales, que en dicho año ascendió a 162 personas, 30 más que en año anterior. Del total de fallecidos, 102 fueron hombres.

En el hogar, el número de incendios en 2014 ascendió a cerca de 15.000, lo que representa una media de 40 fuegos diarios, que acabaron con la vida de 130 personas, un 30 por ciento más que el año anterior.

Se trata de un punto de inflexión bastante significativo y que por primera vez en mucho tiempo también afecta a los menores de 12 años, colectivo que ha pasado de registrar 2 fallecidos en 2013, a 12, en 2014.

Entre las causas más frecuentes de incendio en el hogar con víctimas mortales siguen destacando los descuidos con aparatos productores de calor, como radiadores, chimeneas y braseros; los incidentes de tipo eléctrico; y el cigarrillo, el tercer motivo más frecuente.

Estas son algunas de las conclusiones del Estudio de víctimas de incendios en España 2014, realizado por Fundación Mapfre, en colaboración con la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), con el objetivo de disponer de información precisa sobre las víctimas mortales de incendios y explosiones y sus circunstancias para desarrollar acciones preventivas.

Según dicho informe, el único que recoge de forma actualizada y precisa información sobre este tipo de sucesos en España, la mayoría de las personas que fallece en este tipo de accidentes, lo hace como consecuencia de una intoxicación que sufre como resultado de un incendio o una explosión originada en el salón, el lugar en el que mayor número de incendios se originan, seguido de los dormitorios y la cocina.

Los meses de más frío registran siete de cada 10 víctimas mortales. Los peores fueron diciembre, en el que fallecieron 30 personas, enero, con 20 fallecidos, y  marzo, con 17. Dicha siniestralidad afectó en más de la mitad de los casos (58 por ciento) a las personas mayores de 65 años, colectivo que ha pasado de 60 muertos en 2013 a 75 en 2014.

En este sentido, el informe también pone de manifiesto que los mayores índices de víctimas mortales en viviendas son aquellos en los que habita un ocupante habitual en solitario y mayor de 75 años.

Por Comunidades Autónomas, en 2014, Islas Baleares (con 7,25 víctimas mortales por millón de habitantes), Asturias (con 5,71) y Murcia (con 5,45) encabezan el ranking de Comunidades con mayor índice de víctimas mortales. Por el contrario, las que tuvieron menor tasa de víctimas mortales por millón de habitantes en 2014 fueron Navarra y La Rioja (sin víctimas mortales), así como Galicia (con 1,09), Aragón (con 1,51) y Cantabria (con 1,70).

¿Cómo se pueden prevenir?

Para prevenir un incendio, Fundación Mapfre recomienda no fumar en la vivienda, ya que los cigarrillos mal apagados son unas de las principales causas de incendio cuando hay víctimas mortales. También aconseja no sobrecargar los enchufes con ladrones, desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos, no realizar manipulaciones caseras en las instalaciones eléctricas y no dejar cerillas y mecheros al alcance de los niños.

A ello se suma una indicación importante, dirigida a que los ciudadanos instalen detectores de humo, cuyo precio oscila entre los 10 y los 20 euros, y que según esta entidad son el mejor sistema para sobrevivir a un incendio por la noche, uno de los momentos más peligrosos del día, junto al que se produce antes de hacer la comida.

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