Ocho grandes exposiciones forman la programación de Fundación Mapfre en Madrid y Barcelona durante 2018



Como es habitual en su programación expositiva, Fundación Mapfre combina muestras de pintura y fotografía en sus espacios de Madrid y Barcelona

En el conjunto confluyen algunos de los grandes nombres de la pintura y la fotografía contemporáneas (Balthus, Giacometti, Picasso, Picabia, Brassaï…) con propuestas que descubren o ponen en valor artistas como los fotógrafos Ed van der Elsken o Shomei Tomatsu.

Inaugura temporada la retrospectiva de Ed van der Elsken (1925-1990), a partir del 25 de enero en la Sala Bárbara de Braganza de Madrid. Único en la fotografía y el cine documental de los Países Bajos, su trabajo experimental, expresivo y socialmente comprometido capta el estado de ánimo de las cuatro décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

También en Madrid, la sala del Paseo de Recoletos será la sede de la exposición Derain, Balthus, Giacometti. Una amistad entre artistas, que abrirá sus puertas al público el 1 de febrero. El fuerte deseo de modernidad, la admiración por la tradición artística, el interés común por el arte de las civilizaciones primitivas, la participación en las artes escenográficas y la representación del mundo onírico son el hilo conductor de una muestra que explora por primera vez la relación entre estos autores a través de una selección de más de 200 obras creadas entre los años veinte y sesenta.

Para finalizar 2018, se presentará en la capital (a partir del 20 de septiembre) la muestra del fotógrafo argentino Humberto Rivas (1937-2009). El artista, que desarrolló la mayor parte de su actividad fotográfica en España, muestra en sus instantáneas una pasión por dos géneros: el retrato y el paisaje, destacando de ellos las profundas marcas que el paso del tiempo deja sobre los rostros, los cuerpos, los espacios y los objetos de manera inexorable.
Redescubriendo el Mediterráneo, una exposición que propone explorar los múltiples motivos que llevaron a artistas franceses y españoles a admirar el Mediterráneo, será la muestra que cierre 2018 en Madrid.

Se trata de una exhibición pictórica dirigida a captar los itinerarios, las distintas experiencias, la concepción del arte frente al litoral, cuna de la cultura clásica, bajo un sol y una luz que les fascina. Para Van Gogh, Cézanne, Renoir, Signac, Matisse, Bonnard y Picasso la atmósfera y la belleza de los paisajes que allí descubrieron fueron una auténtica revelación con la que iniciar un nuevo viaje. Para Sorolla y Pinazo la pintura al aire libre y los temas de playa serán un referente en su pintura. En la Sala Recoletos, a partir del 27 de septiembre.

La Casa Garriga Nogués de Barcelona será a partir del 19 de febrero la sede dedicada a la fotografía de Brassaï (1899-1984), un miembro clave del grupo de fotógrafos europeos y estadounidenses que, a lo largo del siglo XX, lograron enriquecer el potencial de la fotografía como forma artística. El tema principal de su obra fue París, protagonista de algunas de sus imágenes más significativas y reconocidas. Captó instantes esenciales de la ciudad,  especialmente de su vitalidad nocturna, en una clara expresión de la poderosa dimensión artística de su mirada. La capacidad evocadora de sus imágenes alcanzó un incuestionable reconocimiento que se extendió desde los círculos de la fotografía artística hasta la industria turística y los circuitos fotográficos comerciales. Esta muestra viajará a Madrid, donde se exhibirá a partir del 31 de mayo en la sala de Bárbara de Braganza.

A partir del 11 de octubre, Barcelona recibirá Picasso – Picabia. Historia de la pintura. La exposición, dedicada a este tándem inédito del arte moderno, pretende relacionar a dos artistas determinantes de las vanguardias a través de un recorrido por el cubismo, el dadaísmo, el “clasicismo monstruoso” de finales de los años veinte y el periodo sombrío de la Segunda Guerra Mundial, para finalizar con una selección de los últimos lienzos de ambos artistas. Mientras Picasso vuelve a la figura humana, Picabia reduce el acto de pintar a frágiles monocromos salpicados de puntos. Más de un centenar de obras (pinturas y artes gráficas) y documentos de archivo (revistas, cartas y fotografías) dialogan en la exposición e indagan en los vínculos reales o imaginarios entre Picasso y Picabia.

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