Como ya es tradición, Pelayo ha celebrado la llegada de la Navidad, invitando a sus empleados y familiares a una sesión de Circo. En esta ocasión se eligió la carpa del Gran Circo Mundial, donde la ilusión, la alegría y felicidad se hacía palpable, sobre todo, entre los más pequeños.

Según explica Pelayo en un comunicado, esta fue una sesión especial de Circo, en la que se compartió una mágica mañana con empleados, familiares y amigos, y donde la fantasía y el espectáculo circense hizo recibir la llegada de la Navidad a grandes y pequeños.

Otro año más, Pelayo ha querido dar la bienvenida a estas fechas tan señaladas, rodeado de sus empleados y disfrutando de esta acción junto a sus familiares y amigos, explica la compañía.