
En el mundo del seguro, no todas las coberturas son iguales. El principio de especialidad establece que, cuando una póliza incluye una cobertura específica, esta siempre prevalece sobre cualquier cláusula general que pudiera parecer aplicable. Respetar esta jerarquía es clave para garantizar la seguridad jurídica y evitar interpretaciones que amplíen indebidamente los riesgos asegurados.
Gregorio Riber Arranz, socio área Derecho de Seguros. AGM Abogados
¿Qué es el principio de especialidad en seguros?
En el ámbito del Derecho de Seguros, la correcta interpretación de las cláusulas contractuales resulta esencial para delimitar el alcance de las coberturas y evitar extensiones indebidas del riesgo asegurado. Surge una cuestión frecuente: ¿puede una cobertura general suplir, complementar o incluso operar subsidiariamente respecto a una cobertura específica cuando ambas regulan el mismo supuesto de hecho?
La respuesta, conforme a la doctrina y jurisprudencia, es negativa: la cobertura específica prevalece y excluye la aplicación de la general.
Fundamento legal en el Código Civil español
El principio de especialidad (lex specialis derogatgenerali) se recoge en los artículos 1281 y siguientes del Código Civil español. Estos establecen que las cláusulas deben interpretarse atendiendo al sentido literal y a la intención de las partes, evitando extensiones no pactadas del riesgo.
Por ello, cuando una póliza contiene una cobertura concreta con condiciones y exclusiones propias, no cabe aplicar una cobertura general para el mismo riesgo, salvo que la póliza lo disponga expresamente.
Jurisprudencia del Tribunal Supremo
El Tribunal Supremo ha reiterado este criterio en sentencias como la de 20 de julio de 2016 (RJ 2016/3312) y la de 14 de octubre de 2010 (RJ 2010/7264), afirmando que:
“La delimitación del riesgo pactado constituye elemento esencial del contrato de seguro, y las cláusulas específicas prevalecen sobre las generales”.
No es posible, por tanto, aplicar una cobertura general cuando existe una específica que regula el riesgo, pues ello desvirtuaría la voluntad contractual.
Aplicación práctica en pólizas de seguro
En la práctica, si una póliza de seguro regula de forma concreta y detallada un riesgo (por ejemplo, responsabilidad civil patronal por accidentes laborales), cualquier otra cobertura de carácter general (como la responsabilidad subsidiaria de contratistas y subcontratistas) no puede suplir ni operar subsidiariamente, salvo previsión expresa en contrario.
La existencia de una cláusula específica para accidentes laborales, con sus propias condiciones y exclusiones, impide que una cobertura general se aplique al mismo supuesto, ni siquiera de forma subsidiaria.
La especialidad es clave para evitar interpretaciones expansivas que alteren la delimitación del riesgo pactado.
Conclusión
La interpretación de los contratos de seguro debe respetar la delimitación del riesgo y la prevalencia de las cláusulas específicas sobre las generales. Una cobertura general no puede sobreponerse ni operar subsidiariamente respecto de una específica, salvo que la póliza lo prevea de forma expresa.
Este principio garantiza la seguridad jurídica y la correcta aplicación de la voluntad de las partes en el contrato de seguro.