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El deporte del motor tiene una gran tradición en España. Fórmula 1, motociclismo, rallies… Las competiciones que tienen al motor como protagonista son muy variadas y contamos con algunos de los mejores deportistas entre nuestras filas. Pero ¿sabe cómo se aseguran estas competiciones?
Un texto de Diego Fernández Torrealba
España (especialmente en su región mediterránea) tiene una grandísima tradición en el mundo del motor, también en lo que respecta al deporte de élite. Los Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa y compañía abanderan la categoría de MotoGP, siguiendo la tradición de otros grandes deportistas de nuestro país como Ángel Nieto, Sito Pons o Álex Crivillé; Nani Roma, Carlos Sainz o Marc Coma han brillado en los últimos años en el Dakar, mientras que Fernando Alonso logró el hito histórico de proclamarse bicampeón del mundo de Fórmula Uno; el trial siempre ha visto campeones españoles, desde Jordi Tarrés hasta Laia Palau…
Podríamos poner infinidad de ejemplos más, como también señalar que contamos con varios circuitos famosos mundialmente en relación con los deportes de motor: el de Cheste, el de Montmeló, el de Jerez… que acogen varias de las pruebas importantes del calendario internacional. Este ámbito del deporte cuenta además con una numerosa afición en nuestro país, que acude cada vez que puede a presenciar la competición en directo o bien la sigue a través de la televisión.
Dibujado el panorama y teniendo en cuenta el componente no sólo de espectáculo, sino también de riesgo (en mayor o menor medida), que conlleva la celebración de todo evento deportivo de motor, tanto para los pilotos como para el público o las instalaciones que los acogen, es totalmente comprensible la importancia de la contratación de un seguro de eventos en pruebas de este calado, aunque sea una cuestión descentralizada en la actualidad en España: cada comunidad autónoma tiene su propia normativa acerca de las condiciones y capitales de seguro a exigir para la celebración de un espectáculo de estas características.
Por otra parte el patrocinio, como es lógico, está a la orden del día y sustenta económicamente la celebración de unas pruebas que resultan muy costosas; no sólo en lo que respecta a los medios materiales (vehículos, circuitos, infraestructuras), sino también en los humanos dada la gran cantidad de personas que deben trabajar en la organización y desarrollo de las competiciones… Más allá de todo el dinero que se suele mover en ellas y de los sueldos que cobran los principales protagonistas, los pilotos, así como el resto del equipo. Sin él sería prácticamente inconcebible la celebración de las pruebas de motor no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo.
En este panorama hay ciertas compañías con una importante tradición, tanto en la sponsorización como en el aseguramiento de eventos de motor. Una de ellas es la correduría de seguros Pont Grup, que lleva cerca de una década muy vinculada a este mundo (desde MotoGP al Dakar pasando por campeonatos nacionales y regionales hasta patrocinios a pilotos populares como el propio Jorge Lorenzo o incluso a deportistas desconocidos con talento que puedan llegar alto).
Iván Domínguez, director comercial de Pont Grup, nos explica para qué sirve un seguro de este tipo en líneas generales y qué coberturas tiene. Se trata, básicamente, de que todos los sectores implicados (deportistas, aficionados y vehículos) cuenten con la protección correspondiente: “En los eventos de motor se asegura la responsabilidad civil que puedan sufrir terceros (especialmente el público) por el desarrollo de actividades deportivas. Igualmente, al ser un deporte federado, los propios deportistas tienen un seguro de accidentes para cubrirles potenciales daños corporales. También los vehículos, si circulan por vías públicas (por ejemplo, en carreras de rally o enduro en motos) precisan un seguro obligatorio de circulación, igual que el de cualquier otro medio de transporte particular, con las mismas coberturas legales).
La prioridad, en todo caso, es garantizar la responsabilidad de los organizadores con respecto a la seguridad del público que presencia una prueba determinada, como señala Domínguez: “Principalmente, las coberturas de los espectáculos públicos buscan asegurar la responsabilidad civil del organizador frente a daños a terceros”. A más cantidad de espectadores, como es lógico, se precisa un mayor capital para firmar una póliza de este calado. Las cifras en algunos casos resultan muy elevadas: “La suma asegurada exigible puede ser variable, en función del aforo de público previsto. No obstante, para grandes eventos se suelen exigir capitales de 1,2 millones de euros como mínimo”. El riesgo potencial también es un factor muy a tener en cuenta, lo que introduce otra variable en la ecuación: “Depende del tipo de deporte y el lugar de celebración. En un Gran Premio de motos es muy difícil que un espectador pueda sufrir un daño. En un rally de coches en carretera abierta sería menos extraño”.
Eso en lo que respecta al campo de los seguros. Con respecto al patrocinio de este tipo de pruebas… ya no es que sea importante, sino que resulta “imprescindible para que ciertos eventos puedan ser rentables”. El directivo de Pont Grup resalta que la meta es que todos los sectores salgan ganando a través de la sponsorización: “Se trata de que todos salgamos beneficiados. En nuestro caso confiamos en que los valores de los deportistas de élite a los que patrocinamos (como pueden ser el espíritu de superación, el esfuerzo o el inconformismo) se trasladen, a ojos del público, a nuestra empresa”. Esa asociación puede derivar en unos buenos resultados de negocio para las compañías patrocinadoras y en la posibilidad de que los habitualmente caros eventos de motor puedan llevarse a cabo y también resultar rentables económicamente para sus organizadores.
Curiosamente, pese a la tradición del motor en nuestro país, queda mucho por avanzar en materia aseguradora, como indica con sinceridad Iván Domínguez: “Es un mercado muy cerrado, en el que hay muy pocas aseguradoras interesadas. Todo lo que huele a motor genera miedo y desconfianza. Falta conocer mejor la realidad del riesgo. Te puedes lesionar más gravemente la rodilla jugando al fútbol que cayéndote de la moto, pero eso no sale en las noticias…”.