
Según Solunion, la industria vitivinícola mantiene un bajo nivel de insolvencias y destaca por su resiliencia e innovación ante desafíos como los aranceles, el cambio climático y la caída del consumo
El sector vitivinícola español, pilar económico y cultural del país, mantiene su fortaleza a pesar del complejo entorno internacional y los cambios en los hábitos de consumo. Así lo recoge el último flash sectorial de Solunion, que resalta su peso en la economía nacional y su capacidad de adaptación frente a retos comerciales, climáticos y sociales.
La industria del vino genera alrededor de 400.000 empleos, representa en torno al 2% del valor añadido bruto de España y cuenta con más de 3.900 bodegas y 96 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP). Además, España lidera el ranking mundial en superficie de viñedos, con más de 930.000 hectáreas, y recibe cerca de tres millones de turistas enoturísticos al año.
Baja siniestralidad financiera y resiliencia frente a retos globales
Uno de los puntos más destacados del informe de Solunion es el bajo nivel de insolvencias del sector, muy inferior a la media nacional. Aunque en los últimos años se han producido algunos impagos, estos se concentran mayoritariamente en el subsector del trading, compuesto por empresas con menor calidad de solvencia.
“La calidad del producto español y el alto nivel de negociación de las bodegas podrían permitir al sector abrirse paso en mercados más seguros, aunque menos rentables, si los aranceles de EE. UU. se mantuvieran o intensificaran”, explica Isabel Secada, analista de riesgos de Solunion España.
El informe apunta también que el apoyo institucional de la Unión Europea podría amortiguar el impacto de estas medidas proteccionistas, mientras el sector sigue buscando nuevas oportunidades comerciales internacionales.
Cambios en el consumo y adaptación al cambio climático
A pesar de su fortaleza, la industria enfrenta una demanda decreciente, tanto en el mercado nacional como europeo, motivada por los nuevos hábitos de consumo y las penalizaciones al alcohol. No obstante, la respuesta del sector se basa en su elevada capacidad de innovación y adaptación, especialmente en lo relativo a la sostenibilidad y los efectos del cambio climático sobre la producción y la calidad del vino.
“El sector vitivinícola español cuenta con una capacidad de resiliencia muy alta, clave para afrontar con éxito los nuevos desafíos estructurales”, señala el informe.
Castilla-La Mancha, líder en producción vitivinícola
A nivel regional, Castilla-La Mancha encabeza la producción vitivinícola del país, con un 27% del total nacional. Le siguen comunidades históricas como Castilla y León, Cataluña y La Rioja, que continúan aportando volumen, diversidad y calidad a la oferta española.
En definitiva, el informe de Solunion refleja la solidez estructural del sector del vino en España, así como su capacidad para reposicionarse estratégicamente en un entorno global cambiante, sin perder de vista su relevancia económica, cultural y turística.