
El sector asegurador español cierra 2025 con un balance positivo, marcado por un crecimiento sólido, un entorno competitivo y una moderación de precios en buena parte de los ramos. No obstante, las perspectivas para 2026 de WTW dibujan un escenario más exigente, en el que la complejidad de los riesgos climáticos, digitales y regulatorios obligará a las empresas a reforzar su gestión integral del riesgo.
Así lo señala el Informe Situación del Mercado Asegurador, elaborado por WTW, que analiza el contexto actual del sector, las principales tendencias por líneas de negocio y las claves para afrontar con éxito las renovaciones del próximo ejercicio.
WTW prevé más resiliencia económica, pero mayor presión técnica
El informe destaca que la moderación de la inflación, la mejora de las condiciones de financiación y la estabilidad de los tipos de interés han impulsado una revisión al alza de las previsiones del sector en España. Este entorno macroeconómico más sólido está favoreciendo la demanda tanto en Vida como en No Vida.
- Vida: crecimiento estimado del 14% en 2025 y del 7,6% en 2026, apoyado en la estabilidad macroeconómica y el buen comportamiento de los mercados de renta variable.
- No Vida: avance previsto del 7,1% en 2025 y del 4,9% en 2026, reflejo de una demanda activa y de la capacidad de adaptación del sector.
Pese a este contexto favorable, WTW advierte de que el mercado no evolucionará de forma lineal. Aunque predomina un ciclo blando, con fuerte competencia y primas contenidas, las aseguradoras están endureciendo sus políticas de suscripción ante determinados riesgos.
Ventana de oportunidad para optimizar programas de seguros
El entorno actual ofrece a las empresas una oportunidad para mejorar condiciones, ampliar límites y reforzar coberturas. En el ramo de Daños Materiales, las tasas han descendido de media un 5% en España durante el último trimestre, en línea con la tendencia global.
Además, se aprecia una mayor disposición de las aseguradoras a cerrar acuerdos de larga duración (LTA), con condiciones más estables y primas más competitivas. Las compañías con buena calidad de datos, baja siniestralidad y una estrategia preventiva clara están logrando mejores resultados en las renovaciones.
“Nos encontramos en un mercado blando, pero no complaciente”, explica Paloma Migoya, responsable de Mercados y Relación con Aseguradoras de WTW España. “Las aseguradoras siguen siendo selectivas y los riesgos complejos o mal gestionados continúan enfrentándose a condiciones más estrictas”.
Clima, ciberseguridad, salud y regulación, en el foco
De cara a 2026, el informe identifica varios factores de presión que marcarán la agenda del sector:
- Riesgo climático: aunque las pérdidas globales por catástrofes naturales fueron un 37% inferiores a la media de la última década, en España se registraron más de 265.000 siniestros climáticos solo en el primer semestre de 2025, con un coste de 166 millones de euros.
- Ciberseguridad: los ataques de ransomware crecieron un 61% interanual en España, con un coste medio de 5,5 millones de euros por incidente.
- Salud privada: a junio de 2025, 14,3 millones de personas contaban con cobertura médica privada (+11,8%), con primas superiores a 6.770 millones de euros.
- Seguros colectivos: representan el 37,7% del total, consolidándose como el beneficio social más valorado por los empleados.
- Exigencia regulatoria: mayor presión en ámbitos como ESG, protección de datos, inteligencia artificial y gobernanza, con un refuerzo de la disciplina técnica y de las exigencias de información.
2026: anticipación, datos y estrategia
WTW prevé que en 2026 el mercado mantenga condiciones favorables para los buenos riesgos, pero con un mayor nivel de sofisticación técnica y selectividad. Las aseguradoras valorarán especialmente la anticipación, la calidad del dato, las presentaciones bien estructuradas y los planes de inversión en prevención.
“2026 se perfila como un año de crecimiento y, al mismo tiempo, de vigilancia. El mercado premiará la gestión proactiva, la planificación a largo plazo y la capacidad de adaptación”, concluye Migoya.