Las aseguradoras realizan cuatro millones de asistencias en carretera al año



Los golpes de chapa, la rotura de lunas y el recurso de multas son otros de los percances habituales

Ya sea en desplazamientos cortos o en viajes largos, el seguro está ahí para prestar apoyo a sus clientes. Así lo demuestra el hecho de que, cada año, las aseguradoras realizan casi cuatro millones de asistencias en carretera. Este es uno de los datos que aparecen recogidos en el capítulo dedicado a los percances del automóvil del Informe Estamos Seguros 2016 publicado recientemente por Unespa.

La llamada a la grúa es el problema más habitual que tienen los conductores, pero no el único. Cada ejercicio, de hecho, el seguro resuelve 10,8 millones de problemas de sus clientes. Otros percances muy habituales son los partes que se dan sin contrario. Es decir, los llamados daños propios del seguro a todo riesgo. Suman 2,5 millones de incidentes. Le siguen los golpes con contrario, que quedan englobados dentro del seguro a terceros o de responsabilidad civil, con 1,9 millones de casos al año.

Según Unespa, la asistencia en carretera es una protección especialmente conveniente para los conductores que realizan desplazamientos largos, como los que se dan en estas fechas estivales. Pero hay otras coberturas que conviene tener a mano en el verano. Una, por ejemplo, es la protección frente a la rotura de lunas. En carretera es frecuente que las piedras pequeñas salgan proyectadas y, al golpear el cristal, dejen una grieta. El seguro resuelve cada año 1,9 millones de percances como este.

Otra protección muy útil es el recurso de multas. Las aseguradoras ponen a trabajar a sus equipos de defensa jurídica 222.349 veces cada año para atender peticiones en esta materia y otras cuestiones legales.

Los servicios realizados por el seguro también varían en función del tipo de vehículo y el uso que se dé al mismo. Así, los vehículos de dos ruedas (motos, escúteres y ciclomotores) son los más propensos a hacer uso de la asistencia en carretera. El siniestro de daños propios, en cambio, es típico de los turismos. Hay que recordar que los coches constituyen la categoría de vehículo más propensa a asegurarse a todo riesgo porque, en su mayor parte, son de uso privado.

Mientras, los vehículos más grandes y pesados generan fundamentalmente percances con daños materiales. En esta situación se encontrarían la maquinaria agrícola e industrial, los remolques, los autobuses y, en menor medida, los camiones.

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