El seguro de salud es uno de los beneficios más valorados por los trabajadores españoles. La prevención y un seguimiento médico personalizado y accesible ha cobrado todavía una mayor importancia durante la pandemia.
Pero ¿Cómo saber si el seguro que se elige es el que más se adapta a las necesidades de los empleados? Existen una serie de claves que hay que valorar a la hora de contratar el servicio con una compañía u otra.
Qué dice la LCS del seguro de salud
La ley de contratos de seguros española* establece que los seguros de salud tienen una duración anual. La mayoría de las aseguradoras tienen una fecha de vencimiento que coincide con el año natural, es decir, finalizan el 31 de diciembre, por lo que, teniendo en cuenta que en el caso de querer cancelar el servicio se debe avisar con un mes de cancelación, el 30 de noviembre es el último día del año para hacerlo.
Claves para elegir un seguro de salud para los empleados
1. Revisa la letra pequeña y comprueba las coberturas
En muchas ocasiones la letra pequeña dificulta el acceso a determinados tratamientos o atenciones médicas. Además, puede parecer que todos los seguros de salud tienen las mismas coberturas, pero muchos contratos tienen una cláusula de exclusiones, por lo que es importante asegurarse bien de todas las condiciones y prestar especial atención a la letra pequeña.
Además, se ha demostrado el impacto que tiene el cuidado de la salud mental en el día a día de los equipos y actualmente los trabajadores valoran especialmente que se preste atención al cuidado de este aspecto, por lo que es recomendable que el seguro cubra las sesiones y atención psicológica cuando sea necesario.
“En Alan hemos presentado recientemente Alan Mind con el objetivo de ofrecer una atención integral a los trabajadores de las empresas, permitiéndoles cuidar su salud mental de forma sencilla y continua, desde la prevención, con la gestión diaria del estrés, hasta la atención psicológica con terapias individuales más específicas”, comenta Manel Pujol, General Manager de Alan.
Por último, es importante tener en cuenta los límites que tiene la póliza, ya que algunos seguros limitan el número de veces que se puede usar un servicio.
2. Periodo de carencias
Los periodos de carencias son los tiempos de espera que se aplican a los nuevos contratos. Están pensados para evitar determinados fraudes y abusos pero son extremadamente engorrosos y en ocasiones generan una gran frustración al ver que hay que esperar varios meses hasta poder acceder a un determinado tratamiento con el seguro de salud.
Cada vez es más común que los seguros no dispongan de tiempo de carencia, pero es mejor comprobarlo antes de contratarlo.
3. Un precio más bajo no garantiza que sea el seguro más barato ¡atención a los copagos!
Este es uno de los puntos más sensibles a la hora de contratar un seguro. Y es que la prima mensual o el precio por asegurado es un indicador clave del coste final, pero no es el único. Algunos seguros imponen copagos, es decir, cantidades que hay que abonar por cada visita médica.
“Un precio más bajo puede no ser el más barato. Esto es así porque algunas aseguradoras ofrecen un precio aparentemente más económico, pero con determinados tratamientos o visitas cubiertas a través de los temidos copagos”, comenta Pujol.
4. Busca la sencillez y la accesibilidad
A pesar de que el mundo tienda a digitalizarse, la mayoría de seguros siguen siendo gestionados de forma tradicional, con molestos documentos eternos, gestión de registro de empleados manual o contactando con tu responsable de cuenta, etc.”.
Lo más recomendable es contratar un seguro que permita a uno mismo tener el control de la póliza y hacer todas las gestiones online.
“En el caso de Alan, contamos con una plataforma especialmente diseñada para los gestores de las cuentas. En ella pueden registrar empleados con solo pulsar un botón, revisar coberturas, eliminar miembros del seguro o readaptar cualquier cosa que necesiten. Además, son los propios empleados los que pueden dar de alta y baja a familiares y gestionar todo lo que necesitan de su seguro”, asegura el General Manager de Alan.
5. La percepción de los empleados
Las personas que forman parte de las empresas son su mayor activo. Por eso, es fundamental que todos ellos se sientan cómodos con su seguro, las coberturas y los valores de las compañías con las que se asocian.
Por eso, hay que preguntarse antes de contratarlo: si es accesible, si comparte los valores de la compañía en términos, por ejemplo, de transformación tecnológica, si es simple y fácil de usar, o si ayuda a estrechar lazos entre la empresa y sus trabajadores.
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