Un total de 17 niños de entre 6 y 13 años que han sufrido la pérdida de un miembro superior o que han nacido con patologías congénitas participan desde el domingo 2 de septiembre hasta mañana viernes en el IV Campamento Rehabilitación y Diversión Fundación Mapfre, en la localidad madrileña de Guadarrama.
Según explica la compañía que preside Antonio Huertas, el objetivo de esta actividad es enseñar a los niños a mejorar el uso de las prótesis mioeléctricas para que puedan realizar con más facilidad distintas tareas básicas del día a día, así como actividades deportivas, especialmente con motivo del inicio del nuevo curso escolar.
Apoyo de profesionales
Esta iniciativa, pionera en España y organizada en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos, es muy positiva tanto para los niños como para sus padres, según señala Mapfre. Durante estos días, profesionales de la Universidad Rey Juan Carlos, médicos especialistas en rehabilitación, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y monitores de tiempo libre, trabajarán estrechamente y de manera coordinada con las familias para que la rehabilitación de los niños sea lo más eficaz posible. Los padres también recibirán orientación psicológica y dispondrán de un espacio para compartir experiencias y aclarar dudas con otros padres.
Este campamento, que se clausura el viernes 7 de septiembre, sigue el modelo que desde hace tiempo se implanta en países como Suecia, donde se llevan a cabo iniciativas que combinan rehabilitación con actividades de ocio y diversión. El objetivo de éstas es incrementar la autonomía de los niños que han sufrido alguna amputación, fomentar su integración plena en la sociedad y, sobre todo, enseñarles a ‘llevarse bien’ con sus prótesis.
Según la Federación Española de Ortesistas Protesistas, alrededor de 1.850 españoles de 0 a 14 años están diagnosticados de agenesia o deficiencia de miembro superior, una cifra que alcanza las 6.845 personas en todos los tramos de edad. En España, cada año se implantan unas 300 prótesis, nuevas o de reposición, ya que se dañan o rompen por el uso o es necesario cambiarlas cuando los niños crecen. Su coste oscila entre los 15.000 euros y los 30.000 euros, dependiendo del tipo de amputación. “Un precio elevado, pero de incalculable valor -señala la compañía- ya que permite a estas personas ser casi iguales a otros niños, tanto a nivel funcional como estético”.