Crédito y Caución prevé que el apoyo monetario de los bancos centrales se prolongue hasta bien entrado 2022 para apuntalar la recuperación económica. En la primavera de 2020, la Reserva Federal redujo rápidamente los tipos de interés, anunció una flexibilización cuantitativa ilimitada y apuntaló los mercados con liquidez, incluidos los préstamos directos a las pequeñas empresas. El Banco de Inglaterra actuó de forma similar mientras que el Banco Central Europeo fue un poco más gradual en los estímulos. Y omitió los préstamos directos. En los mercados emergentes, los bancos centrales de China, India y Brasil pusieron en marcha recortes de tipos y programas de liquidez.
Estímulos contra la contracción
De acuerdo con el último Economic Outlook, difundido por el principal operador de seguro de crédito en España, esta relajación de la política monetaria está amortiguando el impacto de la crisis por varias vías. En primer lugar, permite a los gobiernos endeudarse a tipos bajos o incluso negativos y reduce los diferenciales de rendimiento entre los países de la eurozona. Y en segundo lugar, parte del dinero bombeado al sistema va a parar a los mercados de valores. Además, en tercer lugar, se alivia la financiación empresarial al evitar el endurecimiento de las condiciones crediticias y la subida de los tipos naturales en una recesión.
“Una política monetaria acomodaticia es necesaria, pero no suficiente. La otra pata para mantener las economías a flote es la política fiscal”, explica el informe. “Las medidas de distanciamiento social, como los confinamientos, implican importantes costes económicos generados por la pandemia. La insolvencia e, incluso, la quiebra amenazan a las empresas y los trabajadores se enfrentan al desempleo”, añade. Para amortiguar estos efectos, los gobiernos han lanzado paquetes de estímulo fiscal equivalentes al 12% del PIB en 2020, que se han materializado en subsidios salariales para preservar los puestos de trabajo, nuevas prestaciones por desempleo, aplazamientos de impuestos y préstamos subvencionados o garantizados para aliviar la presión sobre la liquidez empresarial.
Estímulos en la Eurozona
El informe prevé que los principales países de la eurozona, Alemania, Francia, Italia y España, amplíen sus programas de estímulo en 2021. Ante el resurgimiento de nuevos casos de Covid-19. “En la fase de recuperación económica, que creemos que despegará de verdad a mediados de 2021; estos países también podrán beneficiarse de las facilidades de la Unión Europea, considerablemente reforzadas”, explica. En las economías emergentes, las medidas de estímulo en 2020 fueron mucho más modestas, con la excepción de Brasil, donde el gasto fue equivalente al 12% del PIB.
Esta respuesta fiscal sin precedentes en 2020 ha elevado los niveles de deuda pública al 100% del PIB mundial, el nivel más elevado de la historia. Los déficits en las economías avanzadas se dispararon especialmente en Italia, España, Reino Unido y Estados Unidos. A pesar de que el desequilibrio de las cuentas públicas suscita generalmente preocupación por la sostenibilidad financiera, la pandemia constituye un escenario extraordinario en el que tanto el FMI como la Unión Europea siguen animando en 2021 a los gobiernos a aprovechar el entorno monetario extremadamente acomodaticio; donde los bancos centrales actúan como prestamistas de última instancia para los gobiernos. Para estimular sus economías. Por ello, de acuerdo con las previsiones contenidas en el informe, en 2021 veremos una disminución de los déficits públicos a medida que la recuperación se afiance. Pero estarán todavía lejos, salvo en el caso de China, de los niveles de 2019.
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