Fundación MAPFRE analiza el trabajo conjunto de Julio González y Pablo Picasso y el nacimiento de una nueva escultura.
La muestra Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura revisa la colaboración entre estos dos artistas durante el período 1928-1932, cuando Picasso requiere la ayuda técnica de González para el monumento funerario de Guillaume Apollinaire.
Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura
El proyecto expositivo ahonda en el trabajo conjunto de estos dos artistas que colaboraron con el fin de realizar el monumento funerario de Guillaume Apollinaire. Entre los dos realizaron once esculturas, siete de ellas bocetos de pequeño tamaño a lo largo de unas quince o veinte sesiones durante cuatro años.
La muestra recoge uno de los hitos del arte del siglo XX: el nacimiento de la nueva escultura. Un nuevo tipo de escultura en la que la masa y volumen son sustituidos por composiciones de planos abiertos y nuevos materiales. La irrupción del vacío como nuevo elemento definitorio iba a jugar un papel fundamental en la producción artística de las décadas centrales del siglo XX.
La exposición rinde también homenaje a Tomàs Llorens. Se trata del último gran proyecto de este emblemático historiador del arte, fallecido en 2021. Comisariada junto a su hijo Boye, el proyecto culmina una línea de investigación a la que dedicó buena parte de su trabajo.
Ciento setenta obras
Ciento setenta obras entre pinturas, esculturas y dibujos, está articulado en ocho secciones. Cabeza de Toro, realizada por Picasso una semana después del fallecimiento de Julio González, inicia el itinerario que analiza la relación entre ambos artistas y el contexto en el que se desarrolla la nueva escultura: el París de los años 20.
“Estas piezas fueron el resultado del clima artístico del París de la década de los años veinte y muy especialmente y de las transformaciones del cubismo, que están en el centro de la tendencia hacia la desmaterialización y transformación de la escultura”, señalaba Tomàs Llorens.
Picasso y González: diferentes y próximos
Aunque las trayectorias artísticas de Picasso y González fueron bastante diferentes, culturalmente se rozaban. Amigos desde muy jóvenes, ambos vivieron en la Barcelona modernista de principios de siglo XX, trabajaron en París durante las tres primeras décadas y mantuvieron un vínculo que solo rompería la muerte de González en 1942.
Su colaboración artística se estudia en esta exposición teniendo en cuenta esa formación e inquietudes comunes, así como el impacto que dejó en sus respectivos trabajos individuales.
En el caso de González, este trabajo conjunto le hizo consciente de que el material y las técnicas del metal podían ponerse al servicio de la creación. En el de Picasso, a aprender las posibilidades del trabajo de forja y de la soldadura en hierro.
Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de escultura está organizada por Fundación MAPFRE con la colaboración del Musée national Picasso-Paris, la Comisión Nacional española para la Conmemoración del 50 aniversario de la muerte del artista español Pablo Picasso y la González Administration.
Podrá visitarse desde el 23 de septiembre hasta el 8 de enero en las Salas Recoletos: Paseo de Recoletos, 23, Madrid.
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