El Dr. Ricardo Fernández, especialista del Instituto Oncológico de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, en el marco del Día Mundial contra el Cáncer (4 de febrero), pone de relieve la importancia de la inmunoterapia en la lucha contra esta enfermedad. Concretamente, el experto se ha referido al cáncer de pulmón:
«En el último año, hemos combinado inmunoterapia con quimioterapia, por ejemplo, en el cáncer de pulmón antes de la intervención y el resultado es que cuando operamos, en un porcentaje alto de casos ya no queda nada de cáncer, después de haber dado tres ciclos de tratamiento con quimioterapia e inmunoterapia».
Y es que el cáncer de pulmón es el que más ha subido en Euskadi, con una tasa media de crecimiento del 7,2% entre los años 2000 y 2010. De hecho, el cáncer de pulmón provocó entre los hombres vascos, en el periodo entre 2016 y 2020, un total de 4.539 óbitos, siendo el tumor más letal. En el caso de las mujeres, el cáncer de pulmón fue en ese periodo el tercero en letalidad, con cerca de 1.500 defunciones.
La importancia de la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer
Para el experto, «la inmunoterapia es un gran avance porque el hecho de que no quede nada de cáncer es un factor predictivo de un pronóstico favorable del proceso a largo plazo. Estamos consiguiendo ‘curar’ cánceres de pulmón incluso antes de la operación. Y en la operación se puede comprobar que los pacientes están curados y que ha desaparecido todo el tumor».
La inmunoterapia es «un sistema nuevo de atacar el cáncer, sola o en combinación con la quimioterapia. La inmunoterapia, lo que hace es, fundamentalmente, atacar al micromedioambiente tumoral para que las defensas naturales del organismo se enfrenten a los tumores, estimulando el sistema inmunológico».
Encontrar estos nuevos tratamientos inmunoterápicos, que llevan varios años de desarrollo continuado, «ha permitido que cada vez más enfermedades se traten con inmunoterapia y que, además, los resultados sean mejores».
Prevención
En el campo de la prevención se están desarrollando programas para la identificación precoz de cáncer de pulmón. «Ya llevan tiempo en desarrollo y ya se han identificado los grupos que se podrían beneficiar», destaca el oncólogo de IMQ. «De hecho, la prueba de imagen de detección recomendada para el cáncer de pulmón es la tomografía computarizada con dosis bajas (también llamada TAC con dosis bajas)».
En este sentido, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos recomienda ya las pruebas de detección del cáncer de pulmón de manera anual con tomografías axiales computarizadas (TAC) con dosis bajas (baja radiación) a las personas que cumplan los siguientes criterios: personas que al menos hayan consumido un paquete de cigarrillos al día durante 20 años o más; personas que fuman ahora o han abandonado el hábito en los últimos 15 años; y que tengan entre 50 y 80 años de edad.
«Son todavía programas que no están ampliamente implantados, porque están en fase de desarrollo. Sin embargo, los resultados que se están obteniendo son positivos y su extensión es muy probable», puntualiza el Dr. Ricardo Fernández.
Además de lo anterior, señala que «existen técnicas moleculares que se complementan con el estudio radiológico y que pueden aumentar la precisión en el diagnóstico, combinado con ese TAC con dosis bajas».
Mecanismos moleculares del cáncer que ayudan a atacar dianas específicas
El oncólogo de IMQ ha valorado también positivamente los avances habidos en el conocimiento molecular de los tumores. «Conocemos mejor los detalles moleculares del cáncer. Sabiendo mejor lo que son los mecanismos moleculares que desarrollan la enfermedad hemos encontrado tratamientos que actúan directamente contra puntos débiles del cáncer».
Esas mejoras en el diagnóstico, fundamentalmente en el diagnóstico molecular, «han supuesto un avance fundamental en los últimos tiempos. Identificamos mejor los tipos de tumores y los tipos de tratamiento que van bien para esos tumores».
Fármacos inmunocojugados
Otra innovación destacada, dentro de los tratamientos, es el grupo de fármacos llamados en inglés ADC (antibody-drug conjugate). «Los fármacos inmunoconjugados son aquellos en los que se asocia un anticuerpo monoclonal a otro medicamento (un agente citotóxico) mediante un enlace: también se les conoce con el nombre de anticuerpo conjugado».
Según explica el experto, «estos fármacos inmunoconjugados son moléculas que tienen un mecanismo de acción muy novedoso en los que la molécula se fija en la superficie de la célula tumoral; entonces, la célula tumoral internaliza el fármaco, el anticuerpo monoclonal que va cargado con varias moléculas para el tratamiento con quimioterapia (citostáticos), a través de un enlace. Dentro de esa célula tumoral hay algunas sustancias que ayudan a que la quimioterapia se libere y consiga el efecto terapéutico deseado». Los fármacos inmunoconjugados son una nueva familia de fármacos de una aparición relativamente reciente «que en este último año han producido unos resultados muy buenos», concluye el oncólogo de IMQ.
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