La cronobiología es una ciencia que estudia los ritmos de la vida que se repiten con cierta cadencia, como los de sueño y vigilia.
La llegada de la primavera, el aumento de las temperaturas y las horas de luz pueden afectar la calidad y cantidad del sueño. Para las personas que sufren de trastornos crónicos del sueño, estos cambios estacionales pueden afectar aún más su descanso.
Cigna 360 Well-Being Survey 2022
Un adulto debe dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Sin embargo, la encuesta Cigna 360 Well-Being Survey 2022 reveló que sólo una de cada diez personas tiene un sueño reparador y de calidad. La primavera puede generar fatiga, somnolencia diurna, aturdimiento y dificultades para conciliar el sueño debido al aumento de las horas de sol, que tiene un efecto directo sobre la secreción de melatonina, la hormona que regula los ciclos de vigilia y sueño.
Reajuste del reloj biológico
El reajuste del reloj biológico no toma más de dos semanas. Sin embargo, para un gran porcentaje de la población, los problemas para dormir son constantes y el adelanto de hora puede empeorar la cronicidad de su patología. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), hasta cuatro millones de españoles sufren algún trastorno del sueño crónico y grave, muchos de ellos sin diagnosticar.
Cuando el cerebro descansa, aumentan los niveles de creatividad, memoria y se estimula la producción de melatonina y serotonina, que compensan el estrés diario. A nivel físico, un buen descanso fortalece el sistema inmunológico, previene enfermedades cardiovasculares y contribuye a mantener unos niveles de peso adecuados.
El cambio de hora puede alterar la cronobiología, el ritmo circadiano y afectar el descanso de las personas con trastornos del sueño crónicos. Los tratamientos habituales para mejorar la calidad y cantidad del sueño incluyen medidas de higiene del sueño, intervenciones psicológicas e intervenciones farmacológicas.
Trastornos del sueño más frecuentes
- El insomnio, que afecta al 25-35% de la población adulta. La incapacidad para iniciar y/o mantener el sueño, el despertar precoz o sueño no reparador, afecta tanto a nivel cognitivo como físico. La falta de sueño se asocia con un mayor riesgo metabólico y una mayor incidencia de diabetes.
- Síndrome de apneas-hipopneas del sueño. Afecta a las personas con sobrepeso. Está asociado a una somnolencia excesiva durante el día, ronquidos y pausas respiratorias repetidas.
- Síndrome de piernas inquietas: se caracteriza por una sensación molesta, no dolorosa, de movimientos involuntarios de las piernas que ocurre fundamentalmente durante el sueño.
- Bruxismo nocturno: el estrés tiene un papel clave a la hora de desarrollar bruxismo. Las personas que sufren de unos niveles muy elevados de estrés y ansiedad tienen tendencia a interrumpir su sueño apretando o rechinando los dientes. Además del propio desgaste de las piezas dentales, el bruxismo tiene un efecto negativo sobre los músculos y la articulación de la mandíbula.
Para mejorar el sueño, es importante seguir pautas recomendadas: no dormir siestas prolongadas, cenar ligero, mantener un mismo horario para acostarse y levantarse, evitar actividades relacionadas con el uso de pantallas en la cama y mantener un entorno de descanso adecuado.
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