Las viviendas de los mayores de 65 años cuentan en general con las instalaciones básicas, pero no se adaptan a la evolución física y cognitiva de estas personas a medida que envejecen. Prueba de ello es que en el 60% de estos hogares se ha producido algún tipo de accidente durante el último año, siendo las caídas, heridas y quemaduras, los más habituales entre este colectivo, de acuerdo con el informe «La vivienda del mayor: condiciones y riesgos”, realizado por Fundación Mapfre en colaboración con la Asociación Profesional Española de Terapeutas Profesionales (Apeto).
El estudio analiza las características de las instalaciones fijas, el mobiliario y los elementos auxiliares de las viviendas de la población mayor, compuesta por más de 8 millones de personas en España. Su objetivo es identificar los principales factores de riesgo que pueden influir en los accidentes con el objetivo de determinar las medidas de prevención adecuadas que contribuyan a mejorar la seguridad en el hogar.
El informe subraya que nueve de cada diez viviendas dispone de cuadro eléctrico, que es una garantía de protección; que el 34% utiliza la energía eléctrica como método de calefacción, el más seguro frente a braseros y estufas; que casi seis de cada diez hogares utilizan vitrocerámica, uno de los sistemas más recomendados por los bomberos para evitar un incendio y una explosión en la cocina; y que un 60% utiliza pastillero, un método de control muy efectivo a la hora de tomar la medicación.
Por el contrario, el estudio, que destaca que con la edad aumenta la propensión a sufrir accidentes y que éstos son más frecuentes entre mujeres, también pone de manifiesto algunas deficiencias, que de tenerse en cuenta contribuirían a que una vivienda fuera más segura. Entre éstas, llama la atención que el 20% de los hogares españoles en los que viven personas mayores no cuente actualmente con teléfono, ni fijo ni móvil; que la mitad de los suelos de las viviendas sean irregulares, un factor determinante que influye en que las personas mayores sufran caídas; que el 50% de los baños no cuente con sujeción en la bañera; y que sea frecuente la utilización de regletas múltiples para enchufar varios aparatos eléctricos.
Durante la presentación del estudio, que se enmarca en la campaña “Con mayor cuidado”, orientada a la prevención de accidentes en personas mayores, también se han dado a conocer las nuevas guías de prevención específicas para este colectivo y para geriatras, médicos de familia, enfermeros y cuidadores, entre otros profesionales.
Entre los consejos destacan que la distribución de los muebles debe permitir moverse con facilidad, especialmente cuando utilicen andador, bastón o muleta; y que es muy útil instalar luces piloto durante la noche en estancias y pasillos que permitan al mayor ver mejor al desplazarse.
Así mismo recomienda prescindir de felpudos y alfombras porque pueden provocar tropezones o resbalones, sustituir la bañera por un plato de ducha e instalar barras de apoyo en este lugar. También recuerda que el suelo más seguro es el que está seco y limpio y es antideslizante y que es clave contar con detectores de humos.