El American Business Council ha celebrado, en el campus de Alcobendas de la Universidad Europea de Madrid, su Cumbre Anual 2017 bajo el título Transformación Digital y Gestión del Talento: Retos y Oportunidades.
El presidente del American Business Council, Miguel Carmelo, fue el encargado de abrir el acto asegurando que “los inversores americanos siguen confiando en el potencial de nuestra economía. Estados Unidos es hoy el principal país inversor en España, con un stock de inversión de más de 43.000 millones de euros, lo que representa el 17% de la inversión exterior directa”.
Sobre la transformación digital y la gestión del talento, Carmelo afirmó que “son dos conceptos fundamentales para las compañías de cualquier país avanzado. En lo referente a la transformación digital es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan las empresas españolas pero, también, una oportunidad clave para mejorar su competitividad en un mercado cada vez mayor”.
Respecto a la gestión del talento, el presidente del American Business Council aseguró que “las soft skill -creatividad, improvisación, pensamiento crítico, inteligencia emocional o adaptación y coordinación- serán aún más relevantes para la excedencia laboral en el futuro. Por ello, las empresas también deben preocuparse por los candidatos a un puesto de trabajo. El poder ya no está en manos de los profesionales de recursos humanos, sino en las del candidato para ocupar un puesto”.
A continuación, Enrique Polo de Lara, director general de Salesforce.com Iberia, fue sido el encargado de moderar la mesa redonda sobre transformación digital que contó con la participación de Fernando Ruiz, presidente de Deloitte; José Manuel Petisco, director general de Cisco; Adán Plaza, director general de Accenture Technology; y Alejandro Pociño, presidente de Steelcase.
En esta mesa redonda, los ponentes estuvieron de acuerdo en asegurar que la revolución digital que se está viviendo es similar a las vividas en el siglo pasado pero con una diferencia, la velocidad con la que se está produciendo. La capacidad de adaptación a estos cambios del tejido empresarial es fundamental si quiere competir en el mercado actual.
Otra de las claves debatieron los ponentes fue la transformación de los procesos de negocio. La tecnología no sólo permite a las empresas hacer lo mismo de una forma distinta y más eficiente, sino que también facilita la aparición de nuevas oportunidades y, por supuesto, de nuevos jugadores en el mercado. Los modelos de negocio necesitan basarse en una plataforma tecnológica muy potente, que sea capaz de analizar todos los datos y tomar decisiones en tiempo real.
En la mesa también se habló sobre los cambios en el entorno laboral. La transformación digital está provocando un excedente laboral en el caso de ciertas tareas de poco valor añadido que implica cuestionarse sobre cuál será el futuro de esos trabajadores. A la vez, esta revolución ha provocado la demanda de perfiles que no existen. Esto genera una situación de desigualdad donde la sociedad tiene que ser responsable de buscar una solución, y la clave es la educación que permita preparar a las nuevas generaciones para el futuro. Además, las empresas deben dotar a sus empleados de las herramientas necesarias que potencien la capacidad de colaboración para fomentar su creatividad y que les permita ser más eficientes y estar más comprometidos con su compañía.
Los componentes de la mesa estudiaron también los cambios sociales. La revolución digital ya ha modificado, y lo seguirá haciendo en los próximos años, los hábitos, la cultura y la forma de acceder a la información. Las personas tienen, hoy en día, una mayor libertad de elección de productos y servicios que hace unos años.
También hay que tener en cuenta que la experiencia de cliente ha cambiado. La segmentación tradicional ha dejado paso a un gran volumen de información que permite a las empresas ser capaces de personalizar la experiencia de sus clientes independientemente del canal que utilicen para entrar en contacto con ellos. Las empresas tienen que ser capaces de conocer, preveer y anticiparse a las necesidades y demandas de sus clientes, y darles una respuesta adecuada. Para lograrlo, los datos y la capacidad de analizarlos serán fundamentales.
Seguidamente, tuvo lugar la segunda mesa redonda bajo el título Gestión del Talento, moderada por la presidenta de Sodexo, Carina Cabezas. En esta ocasión participaron Antón Valero, presidente de DOW Chemical; Juan Orti, presidente de Amex; Miguel Gómez Navarro, rector de la Universidad Europea; Pilar Santiago, managing partner para financial services & digital de Heidrick & Struggles; y Raúl Grijalba, CEO de ManpowerGroup.
El talento fue el tema central de esta mesa en la que los ponentes tuvieron la oportunidad de debatir qué es, su gestión y el modo de fomentarlo de las empresas a través de diferentes programas dirigidos a sus empleados.
En la charla se llegaron a conclusiones como que el talento no es innato. Las personas tienen múltiples capacidades y la clave está en cómo las personas son capaces de movilizar sus habilidades y capacidades. Sin embargo, una de cada dos compañías que buscan talento se quedan sin cubrir las vacantes, especialmente en el área de la tecnología, por el desajuste de talento existente.
También se habló en la mesa de cómo las empresas retienen el talento. Lo fundamental es que las personas se sientan a gusto trabajando y para ello, las empresas deben tener en cuenta factores como el líder, el entorno laboral, cómo la empresa define el plan de carrera de los empleados o la comunicación con ellos.
Otra de las cuestiones que centró el debate fue la reducción del gap de la universidad y la empresa. Cada día está más difuminada la separación existente durante años de que la universidad genera talento y las empresas lo gestionan. Hoy en día, las empresas también generan talento y esto les obliga a ir de la mano con las universidades para favorecer el desarrollo de talento.
Por último, se habló acera de la falta de liderazgo. Los ciudadanos están dispuestos a asumir los cambios, pero existe un problema de liderazgo. Los líderes tienen una mayor visión global y deben ser capaces de orientar a la sociedad en el cambio tecnológico que se está viviendo.
Los ponentes también intercambiaron sus puntos de vista sobre los retos a los que se enfrenta la sociedad, como la estimulación constante por el aprendizaje o la futura interacción de las personas con las máquinas.