Aumentan los niveles de terrorismo, violencia y riesgo político



terrorismo, violencia y riesgo político

Son los datos publicados por Aon en los Mapas de Riesgo 2018 sobre Terrorismo y Violencia Política y Riesgo Político, elaborados en colaboración con Continuum Economics y The Risk Advisory Group.

Violencia Política: La probabilidad de que se produzca un conflicto entre estados que involucre incluso a las grandes potencias está en su punto más alto desde el final de la Guerra Fría. Las crecientes rivalidades geopolíticas y la falta de liderazgo en la diplomacia internacional han contribuido a que se incrementen los riesgos relacionados con un conflicto armado durante el último año.

Terrorismo: El número de ataques terroristas en los países occidentales en 2017 (204) ha duplicado los perpetrados en 2016 (96), aunque la cifra de víctimas se mantiene en niveles similares. Distintas zonas en guerra en todo el mundo siguen actuando como “incubadoras” para el terrorismo internacional, aunque la amenaza global derivada del Estado Islámico parece haber remitido un poco.

Riesgo Político: Durante el último año el riesgo político se ha incrementado en 11 países, con las perturbaciones climáticas y las crisis de las materias primas debilitando su situación financiera, algo de lo que todavía están luchando por recuperarse y que exacerba los crecientes niveles de violencia política y la interrupción de las cadenas de suministro.

Terrorismo y Violencia Política

Los riesgos relacionados con la violencia política se están incrementando a nivel global, debido a las tensiones geopolíticas, al debilitamiento de los gobiernos democráticos de corte liberal y a los efectos derivados de los conflictos crónicos en todo el mundo. Por tercer año consecutivo, hay más calificaciones de riesgo de países que aumentan (17) que disminuyen (6). Este año:

  • El 40% de los países aparece expuesto a los riesgos de sabotaje y terrorismo
  • El 60% al riesgo de disturbios civiles
  • El 33% a los riesgos de insurrección, guerra o golpe de estado

Cuarenta y seis países o territorios están calificados con riesgo alto o severo, representando el 22% del total global.

La probabilidad de un conflicto entre estados que afecte a las grandes potencias está en su nivel más alto desde el final de la Guerra Fría. Las crecientes rivalidades geopolíticas y la falta de liderazgo en la diplomacia internacional han contribuido a que se mantengan o incrementen los riesgos relacionados con un conflicto armado durante el último año. Los mayores índices de polarización en asuntos políticos, económicos y sociales en las democracias maduras, así como las divisiones entre las potencias occidentales frente a situaciones y amenazas complejas han contribuido también al empeoramiento de la seguridad global y a una mayor incertidumbre estratégica.

El número de ataques terroristas en los países occidentales en 2017 (204) duplica el de 2016 (96) aunque la cifra de víctimas en ambos años es aproximadamente la misma (1.092 en 2017), lo que indica que la letalidad de los ataques ha disminuido.

La amenaza derivada del Estado Islámico ha cesado de extenderse de forma importante, pero todavía no ha desaparecido. En 2017 el EI ha perpetrado ataques terroristas en 29 países en cinco continentes, el mismo número de países que en 2016 y por encima de los 19 países de 2015, pero el alcance global de sus apariciones ha disminuido, y parece que el número de países en los que tiene capacidad para organizar atentados o alentar a otros para realizarlos se reducirá en 2018.

En particular, el sector turístico está teniendo que gestionar los riesgos derivados de los mayores niveles de terrorismo, constituyendo un objetivo enormemente atractivo para algunas organizaciones terroristas. En 2017 hubo al menos 35 ataques terroristas que afectaron directamente a sectores comerciales críticos para la industria turística, como hoteles y resorts, discotecas, aviación civil o atracciones turísticas.

Riesgo Político

Durante el último año el riesgo político se incrementó en 11 países, en comparación con solo 2 países en los que se ha reducido, lo que pone de manifiesto la persistencia del riesgo político en todo el mundo, reflejada principalmente en el incremento de la violencia política y la interrupción de las cadenas de suministro. En muchos países la interrupción de las cadenas de suministro ha aumentado debido tanto al cambio climático como al debilitamiento de su situación financiera.

Las conexiones comerciales de los países asiáticos han cambiado su foco desde Estados Unidos hacia China de forma importante en el último año. Esto es debido al desarrollo económico de China y a su irrupción como un gigante comercial. Con el crecimiento de China, las exportaciones de Asia a Estados Unidos han descendido desde el 23% del total de exportaciones en 2000 al cerca del 12% en el que se ha estabilizado en los últimos años. De la misma forma, las exportaciones de Asia a China se han duplicado ampliamente durante la última década hasta el 23% actual.

Asimismo, los riesgos políticos en Latinoamérica se están incrementando de cara a una complicada temporada de elecciones que está suponiendo el retraso de grandes reformas en Brasil y avivando el temor de una revocación de las reformas en México. Los grandes países están en riesgo de que resulten elegidos gobiernos populistas, mientras que los pequeños están experimentando también su parte de revuelo político.

A grandes rasgos, la región que está experimentando mayores empeoramientos de sus calificaciones de riesgo es África. Los actuales conflictos entre países, el desgaste de los gobiernos democráticos y los cada vez más frecuentes escándalos de corrupción han conducido a una mayor violencia política. Grupos como el Estado Islámico o Boko Haram se están aprovechando de la fragilidad de las instituciones y las fronteras. Por otro lado, en Oriente Medio se sitúan algunos de los países con mayor riesgo del mundo: Irak, Siria, Yemen y Egipto. La inestabilidad y la violencia en la región han salpicado a los países vecinos, impactando negativamente en el comercio y el turismo.

Victoria Ambrona, directora de Crisis Management & Environmental Risk de Aon España afirma: “Un año más, el Mapa de Terrorismo y Violencia Política 2018 de Aon es un reflejo de la vulnerabilidad y volatilidad de un entorno geopolítico complicado. La presencia de las empresas españolas en países de economías con gran potencial de desarrollo y a su vez con exposición a este tipo de incidentes, debería conllevar una gestión responsable de los riesgos que afectan a sus activos en dichos países, fundamentalmente para prevenir, mitigar y en su caso transferir dichos riesgos al mercado asegurador. La interacción entre transferencia de riesgo y mitigación es más fácil cuando se identifican las amenazas a las que se enfrentan nuestras empresas. En este sentido, el Mapa de Terrorismo y Violencia Política es un soporte importante para ayudar a los gerentes de las mismas a valorar dichos riesgos.”

Paula Menéndez, directora de Political Risk & Structured Credit Solutions de Aon España señala: “El Mapa de Riesgo Político de Aon 2018 presenta la situación de los países emergentes y de frontera como una herramienta de análisis para las empresas con intereses internacionales. En el volátil y complejo entorno geopolítico en el que nos encontramos es esencial que las empresas con actividad internacional estén preparadas para hacer frente a los potenciales riesgos políticos que se derivan de esta situación y tengan las mejores herramientas a su alcance para mitigarlos y transferirlos.”

Destaca que la demanda de coberturas de riesgo político se ha visto incrementada en el último año, especialmente para proyectos en África y Latam, sobre todo en los países que han sufrido un mayor impacto en sus economías en los últimos años debido a la fuerte dependencia que muchos tienen de las materias primas. El aumento del riesgo político en varios países del mapa ha sido además consecuencia de un aumento en la violencia política así como en la interrupción de la cadena de suministros.

“Desde Aon esperamos que este mapa sirva a nuestras empresas en su expansión internacional como un soporte para analizar y entender mejor los riesgos a los que se enfrentan ante las diferentes economías”, añade.

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