CESCE ha presentado su informe Panorama Internacional 2020, que elabora cada año el equipo de expertos analistas de la Unidad de Riesgo País. El documento, que estará disponible en formato digital, repasa las principales tendencias que influyen en la economía mundial, fuertemente afectada este año por los efectos de la pandemia de COVID19.
El presidente de CESCE, Fernando Salazar, ha destacado que la aseguradora “es un gran referente y un respaldo para las empresas, en esta época de reconstrucción”. Y ha recordado que la compañía es “la empresa con mayor ratio de solvencia del sector de crédito y caución”.
CESCE analiza el impacto de la crisis
El informe empieza con un análisis sobre el impacto de la crisis y las perspectivas a corto plazo. “Nunca ha habido un desplome coordinado de la demanda en tantos países del mundo, el 93% de los países va a entrar en recesión”, ha destacado Rafael Loring, analista de Riesgo País de CESCE y autor del capítulo “El mundo tras la pandemia. Perspectivas económicas y política monetaria”.
A pesar del fuerte impacto de la pandemia, Loring ha señalado que “hay una sorprendente estabilidad financiera en los mercados de renta fija y variable y esto se debe a que la respuesta fiscal y monetaria está siendo absolutamente masiva: el G-20 ha hecho un esfuerzo fiscal de 7,6 billones de dólares”. El analista ha explicado, además, que 2021 estará marcado por una “leve recuperación, niveles récord de sobreendeudamiento y graves dificultades, reestructuraciones de deuda y defaults en los países emergentes”.
La economía en América Latina
El segundo capítulo se centra en América Latina, donde la pandemia está agudizando los problemas previos en la zona y está amenazando con hacer retroceder muchos de los avances conseguidos en las dos últimas décadas. Como ha explicado María José Chaguaceda, analista del área de Riesgo País de CESCE y autora del capítulo América Latina: un paciente con patologías previas, “es la región más desigual del mundo, con un índice del 11,5% de pobreza extrema”.
La pandemia ha hecho que la zona vea amenazadas sus mejoras y ha provocado una caída de las exportaciones, del turismo y de las remesas. En paralelo, ha subrayado que el auge de los autoritarismos, el crecimiento de la corrupción, la desafección por la clase política y las protestas “han convertido a Latinoamérica en auténtica olla a presión: la crisis ha supuesto la hibernación de los movimientos sociales, pero están ahí”, ha destacado Chaguaceda.
CESCE se centra en el conflicto del petróleo
La publicación aborda también asuntos que ya estaban en plena transformación antes de que estallase la crisis sanitaria, como el mercado del petróleo. Según ha destacado Pablo Arjona, analista de Riesgo País de CESCE y autor del capítulo La Gran Distorsión del mercado del petróleo, “hasta ahora, el shock se producía siempre en el lado de la oferta, pero esta vez se ha producido en el eslabón estable de la cadena: la demanda”.
Esa hibernación de la demanda, junto al exceso de oferta y el colapso y asfixia de las infraestructuras de almacenamiento, han convertido al petróleo “en una carga: el activo se ha convertido en pasivo”, ha concluido el analista, que ha añadido que, en pocos años, las economías petrolíferas van a competir en un mercado muy pequeño. Arjona ha repasado, además, la transformación que ha provocado la industria del shale y el impacto de la crisis sobre ella, la incertidumbre acerca de la formación de los precios dependiendo de si hay un nuevo brote o no y las repercusiones de la pandemia sobre la industria estadounidense.
El comercio mundial
La publicación de CESCE concluye con una radiografía sobre el comercio internacional titulada El comercio mundial en jaque, que aborda el estancamiento de los flujos comerciales, la desconfianza hacia la apertura comercial y la crisis de la OMC. Este cuestionamiento de la OMC, institución “promotora de la liberalización y la equidad comercial”, en opinión de los expertos de CESCE, constituye una peligrosa manifestación de la crisis del multilateralismo.
Así lo ha destacado Lucía Bonet, analista de Riesgo País y autora del capítulo final, que ha explicado que, antes de que llegara la pandemia, el mundo ya estaba registrando una transformación basada en la digitalización y en la regionalización de las cadenas de valor. A raíz de esta crisis, esa realidad se ha acentuado, “la pandemia ha provocado la ruptura de las cadenas de suministro y el hundimiento de la demanda”. Y “las empresas están intentando reducir la dependencia de otros países con respecto a las cadenas de valor”, lo que está causando una profunda transformación en la forma en que los países entienden las relaciones comerciales.
Bonet ha apuntado la necesidad de adaptar la OMC a la nueva realidad, marcada por un aumento del comercio de servicios, la digitalización y los cambios geopolíticos. La analista ha señalado que esa reforma de la OMC, la reducción de la dependencia china, la digitalización, la robotización y la carrera por la vacuna serán determinantes en los próximos meses. “Se abandona la fase de cooperación y pasamos a la fase de competencia”, ha concluido Bonet.
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