El comercio electrónico es una tendencia al alza por las comodidades que las tiendas ponen al consumidor y el ahorro de tiempo que supone. No obstante, no siempre los productos adquiridos en una tienda online cumplen las expectativas.

Es la ley que regula el comercio electrónico —Directiva 83/2011 del Parlamento Europeo— la que sienta las bases de los derechos del consumidor, los procedimientos de adquisición del bien o servicio, la fecha de entrega, las posibles reclamaciones y las renuncias en favor del comprador.

Antes de adquirir el bien o servicio

En la legislación española, la Ley de Ordenación del Comercio Minorista se encarga de enumerar los derechos de los que goza el consumidor antes de efectuar la compra online.

Los expertos legales de DAS Seguros recomiendan al usuario asegurarse de toda la información sobre el producto a adquirir, el precio, los gastos de envío o los procedimientos de pago vigentes. También si existe derecho a devolución. En caso de ser un producto en oferta, hacer constar la fecha de validez y su precio.

El artículo llega a casa y no me gusta. ¿Qué puedo hacer?

Los expertos de DAS explican que, en el caso de que dicho artículo no sea el pedido o se encuentre defectuoso, es el vendedor quién debe hacerse cargo de los gastos del desembolso y el envío de uno nuevo. Puede darse la casualidad de que el objeto adquirido no esté disponible. En estos casos, podrá ser reemplazado por un producto similar. Si este tampoco cumple las expectativas, podrá ser devuelto en un plazo de 30 días.

Si el producto adquirido no es de nuestro agrado, la legislación también contempla el derecho a desistimiento en un plazo de 7 días hábiles. La responsabilidad del vendedor es el de devolver el importe de la compra, salvo los gastos de envío, en un máximo de 30 días.

La ley penalizará al vendedor que no cumpla tales requisitos. Dicho incumplimiento podría incidir en la exigencia por parte del comprador a exigir la devolución doble del importe e indemnización por daños y perjuicios.