Con la llegada de 2022, la fiscalidad española sufrió una serie de modificaciones. Entre ellas destaca el fin de la moratoria establecida para el Impuesto de Matriculación, que ha abierto la puerta a una nueva y previamente aprobada normativa de homologación de medición de emisiones que ha traído consigo una subida en el precio de los vehículos nuevos.
“Si hasta 2021 solo estaban obligados a pagar el impuesto de matriculación aquellos coches que emitieran más de 144 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, con la nueva normativa, denominada WLTP por sus siglas en inglés (World Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure), el tope ahora se ha reducido hasta los 120 g/km de CO2. A su vez, el tramo más alto de gravamen para el tributo (14,75%) también se ha reducido, pasando de los 240 g/km de CO2 a 200 gramos de CO2 por kilómetro recorrido actuales”, revela Xavier López Villaécija, director del Área Fiscal del despacho Sanahuja Miranda Abogados.
Subidas de precios de hasta 1.000 euros por el Impuesto de Matriculación
El impuesto de matriculación, una tasa que se calcula en función de las emisiones contaminantes homologadas, se ha de abonar en todo el territorio español cada vez que se vaya a retirar un vehículo del concesionario. Si bien su impacto era menor en el número de nuevos conductores, ahora, con la WLTP en vigor, afecta a nueve de cada diez conductores.
Según el experto, la implementación de este nuevo baremo dentro del Impuesto de Matriculación ha hecho que “menos del 10% de los nuevos vehículos españoles queden exentos del tope de emisiones normativo”, cuando antes, hasta 2021, esa cifra ascendía hasta el 60%.
“Con este cambio, la exención del Impuesto de Matriculación se reduce, casi en su totalidad, a los modelos impulsados por gas, casos concretos de tipo híbrido, los híbridos enchufables y los coches eléctricos”, alerta López Villaécija.
En términos monetarios, se ha estimado que la WLTP supondrá un incremento del 5% en el precio final de los vehículos este año: “estas subidas irán desde los 200 euros hasta los 1.000 euros, de modo que un conductor que opte por comprar un coche de en torno a 20.000 euros pagará, aproximadamente, 1.000 euros más”.
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