Expertos en nutrición alertan sobre el aumento de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares en zonas donde se está abandonando la dieta Atlántica.
El peligro que corren las dietas tradicionales, como la Atlántica, y su progresiva sustitución por la dieta occidental acarrea consecuencias negativas sobre la salud y pérdida de calidad de vida.
En el Palacio de Gamazo, sede de Previsión Sanitaria Nacional (PSN) en Madrid, se celebró el primer encuentro del ciclo de conferencias Dieta Atlántica: La excelencia en el paladar en perfecta armonía con la salud. Varios expertos en la materia analizaron esta tradición gastronómica: la calidad de las materias primas, el cuidado en la elaboración de los platos y el óptimo resultado de su ingesta en términos de salud.
Más que una dieta, un estilo de vida
María Rosaura Leis, presidenta de la Fundación Española de la Nutrición y patrona de la Fundación Dieta Atlántica, destacó que más que una dieta, es un estilo de vida que se relaciona con la longevidad y la buena calidad de vida en Galicia y el norte de Portugal. Sin embargo, la alimentación tradicional se está dejando de lado. Esto se relaciona directamente con el incremento de la talla, el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en los niños, y de enfermedades cardiovasculares.
Aniceto Charro, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Madrid, destacó que, pese a las distintas innovaciones culinarias, “en el norte de España somos afortunados en lo que a la comida se refiere”. También insistió sobre la importancia de distinguir las dietas Atlántica y Mediterránea, “una separación sustancial determinada por unos valores propios y, con frecuencia, escasa o nada coincidentes”. Se asimila la primera a la gastronomía gallega.
Pescado, carne y huevo, frutas y verduras
La dieta Atlántica se basa en pescado, carne y huevo, frutas y verduras y se asocia a una menor probabilidad de infarto de miocardio agudo fatal. Sin embargo, las dietas tradicionales están siendo sustituidas por la dieta occidental, con un aumento de la morbimortalidad. Además, no solo condiciona qué alimentos se consumen, sino también cuándo se ingieren y cómo se cocinan.
Es importante destacar que la dieta Atlántica se relaciona con la identificación con la naturaleza del lugar y la transmisión cultural a través de la gastronomía. Es necesario preservar esta tradición gastronómica para mantener una buena calidad de vida.
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