El otoño incrementa el riesgo de caídas entre las personas mayores

El otoño incrementa el riesgo de caídas entre las personas mayores

La llegada del otoño incrementa el riesgo de caídas en personas mayores por la lluvia, la humedad y la menor luz natural. La prevención exige ejercicio, revisión de la visión y adaptación del hogar ante los riesgos del otoño.


Miriam Piqueras, directora médica de Sanitas Mayores

“Para la población mayor, una caída puede marcar un antes y un después en su vida. No solo por la lesión en sí, sino porque genera miedo a volver a moverse, lo que favorece el sedentarismo y acelera el deterioro funcional. Por ello, es fundamental entender que, además de la fuerza física, la visión, el equilibrio, la medicación y el entorno doméstico también influyen a la hora de impedir caídas”.

Rocío Luque, fisioterapeuta de Blua de Sanitas

“A partir de los 60 años, el cuerpo pierde masa muscular a un ritmo acelerado. Por esta razón, es aconsejable realizar ejercicios de fuerza sencillos (como levantarse de una silla sin apoyos), ejercicios de equilibrio, resistencia, movilidad y coordinación, adaptados al nivel funcional de cada persona. Se pueden hacer en casa o en centros de día, y su principal ventaja es que reduce considerablemente el riesgo de caídas recurrentes. Existen programas específicos dirigidos a personas mayores que combinan este tipo de ejercicios (fuerza, equilibrio, coordinación, resistencia…) que han demostrado ser muy eficaces para prevenir caídas, por ejemplo, el Programa Otago o el programa Vivifrail. Todo ello tiene un impacto directo en la prevención de accidentes, ya que mejora la estabilidad postural, los reflejos y la capacidad de reacción del cuerpo para evitar un tropiezo o amortiguar su impacto”.

Pautas sencillas para evitar caídas en otoño

Elegir calzado cerrado y con buena adherencia

Las lluvias y las hojas húmedas aumentan el riesgo de resbalones, por lo que conviene optar por zapatos cerrados, con suela antideslizante y que sujeten bien el tobillo. En cambio, deben evitarse las suelas lisas o desgastadas, sobre todo en la calle o en portales con suelos mojados.

Extremar la precaución al caminar por exteriores

Aceras resbaladizas, barro o zonas con hojas acumuladas pueden convertirse en trampas. Por ello, es recomendable reducir la velocidad, apoyar bien la planta del pie y usar bastones. Es preferible utilizar bastones con conteras antideslizantes específicas para condiciones húmedas, ya que los paraguas no están diseñados para ofrecer estabilidad postural y podrían aumentar el riesgo de desequilibrio.

Revisar la iluminación del hogar

Con menos horas de luz natural, anochece antes y la visibilidad disminuye, lo que puede dificultar la detección de obstáculos. Se aconseja sustituir bombillas fundidas, añadir lámparas en pasillos y colocar luces de guía o sensores de movimiento, especialmente para los desplazamientos nocturnos.

Adaptar la vivienda a las condiciones húmedas

La humedad puede hacer que los suelos sean más resbaladizos incluso dentro de casa. Colocar alfombrillas antideslizantes en baño y entrada, fijar las alfombras al suelo y secar inmediatamente cualquier zona mojada ayuda a prevenir caídas domésticas.
Cuidar la visión y la audición. Los días nublados y la menor luz natural pueden afectar a la percepción de profundidad y contraste. Las revisiones oftalmológicas y auditivas son clave para detectar déficits que alteren el equilibrio o la orientación espacial. Ajustar las gafas o los audífonos puede evitar muchos tropiezos.

También te puede interesar: