Estos son los beneficios de elegir un buen pan de pensiones

Casi el 80% de las Gestoras de Planes de Pensiones en España proponen eliminar o limitar la liquidez de los productos en 2025.

Es evidente que el actual sistema público de pensiones no pasa por su mejor momento. Retrasar la edad de jubilación y de prejubilación o aumentar el periodo de cotización exigido para poder acceder a una pensión han sido algunos de los últimos cambios implementados por el Gobierno, a los que les seguirán más en 2022, cuando se apruebe la nueva reforma del sistema de pensiones.

Uno de los puntos más comentados estos últimos días es el anteproyecto de ley con el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere promover los planes de pensiones colectivos de empresa entre autónomos, funcionarios y trabajadores de pymes (y no solo entre empleados de grandes compañías, como hasta ahora). De esta forma quieren conseguir que, cuando a un trabajador español le llegue el momento de jubilarse, pueda complementar su pensión y disponga de un salario en diferido.

Complementar la pensión

Pero más allá del impulso a los planes colectivos de empresa, lo que parece indiscutible es que los ciudadanos tendrán que recurrir a su propio ahorro para llegar a la jubilación dignamente y mantener su poder adquisitivo.

Pero ¿Cómo se contratan este tipo de planes? ¿Son más beneficiosos unos planes de pensiones que otros? ¿Cuáles son las diferentes opciones que existen? ¿Serán imprescindibles para optar a la jubilación? Estas son solo algunas de las muchas dudas que han surgido estos últimos días sobre su funcionalidad y viabilidad.

Disminuye la desgravación del IRPF

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de contratar un buen plan de pensiones es que son el único producto de ahorro/inversión que desgrava en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) porque “tributan como ingresos del trabajo en vez de como ingreso patrimonial”, explica Antonio Gallardo, experto financiero de iAhorro. Por este motivo, muchos ciudadanos se decantan por contratar estos planes frente a otras formas de ahorro o inversión existentes.

No obstante, las posibilidades de ahorro han ido disminuyendo en los últimos años. El límite actual de aportación a los planes de pensiones individuales (y por tanto de desgravación del IRPF) se sitúa en 2.000 euros anuales, cuando en 2020 eran 8.000, una cifra que el Gobierno tiene previsto reducir aún más en 2022, hasta los 1.500 euros, como se especifica en los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Para compensarlo, Ignasi Viladesau, director de inversiones de MyInvestor, asegura, “dado que el límite anual es insuficiente para ahorrar para la jubilación, los ciudadanos deberán buscar otros productos complementarios como los fondos de inversión o las carteras indexadas”.

Por otro lado, explica que, “aunque las nuevas aportaciones están limitadas, muchos ciudadanos tienen ya miles de euros en planes de pensiones, fruto del ahorro de años pasados”. “Muchos de estos planes tienen altas comisiones y bajas rentabilidades y, lamentablemente, los clientes desconocen que pueden traspasar su dinero de un plan de pensiones a otro, entre diferentes entidades, sin comisiones ni repercusión fiscal y que, además, pueden invertir en varios planes al mismo tiempo”, agrega.

El director de inversiones de MyInvestor, neobanco online que comercializa con más de 80 planes de bancos, aseguradoras y boutiques independientes, subraya que en España “los planes están estigmatizados y muchos ciudadanos los consideran productos poco atractivos porque muchos de ellos son de baja calidad. Hay más de 80.000 euros en planes que podrían ser traspasados a productos mejores. Elegir un buen plan de pensiones es clave para un futuro mejor”.

¿Qué plan de pensiones es mejor?

Para contratar un buen plan de pensiones, cualquiera que sea, hay que seguir unos pasos previos: “El primero es saber en qué se invierte y el segundo elegir el que tenga menores comisiones”, declara el experto financiero de iAhorro. Y es que “estamos hablando de un producto a largo plazo que ofrece diversas opciones de inversión: desde las más seguras a las más arriesgadas”.

Precisamente, uno de los motivos que hacen que no estén implantados, sobre todo entre la clase media y baja, es la falsa concepción de que el Estado podrá mantenernos cuando llegue el momento de la jubilación, la falta de educación financiera de este país y el falso mito de que los planes no son rentables. A ello se une las, hasta hace unos años elevadas comisiones de gestión y de depósito (lo que el banco te cobra por guardar tu dinero).

La primera está limitada por ley desde el año 2018 y la segunda es fija, de un 0,20%. En resumen, con ambas incluidas, las comisiones máximas aceptadas son de un 1,05% para los planes de pensiones de renta fija, de un 1,30% en el caso de los mixtos y del 1,50% en los de renta variable. Para hacer una comparación, en países como el Reino Unido o Suecia estas comisiones están siempre por debajo del 0,8%. Desde hace unos años, además, han surgido nuevos productos como los planes indexados con comisiones bajísimas, las menores del mercado.

Diferencias entre los distintos planes de pensiones

¿Qué diferencia hay entre un plan de pensiones de renta fija, de renta variable y mixta? La principal es la forma de inversión del dinero.

  • Los planes de renta fija invierten en activos que ofrecen una rentabilidad conocida de antemano y que no va a cambiar ni a corto ni a medio ni a largo plazo. Suelen estar destinados a personas más conservadoras.
  • Los planes de renta variable son aquellos que invierten en activos variables como las acciones, cuyo valor fluctúa y cuya rentabilidad varía en función del momento. El rendimiento no se ve venir y conllevan más riesgo.
  • Los planes de renta mixta son una combinación de los dos anteriores: invierten tanto en activos fijos como en activos variables.

Cuidado con la rentabilidad

Para saber cuánto dinero ganamos y cuánto ‘pagamos’ es importante tener en cuenta la rentabilidad a largo plazo del plan de pensiones. Por ejemplo, si contratamos un plan de renta variable con una comisión del 1,5% (la máxima); la rentabilidad anual del mismo deberá estar por encima de ese 1,5%. Por ejemplo:

  • Comenzamos a invertir en un plan de pensiones a los 30 años y hasta los 67 no nos jubilamos. Estamos 37 años ahorrando dinero e invirtiéndolo.
  • Aportamos el primer año 10.000 euros y los 36 restantes 2.000 cada uno.
  • La rentabilidad media anual es de un 3,5%.
  • Las comisiones de un 1,5%.

Con todas estas variables, habremos invertido 84.000 euros cuando vayamos a jubilarnos, pero ese dinero se habrá revalorizado y tendremos en el plan de pensiones un total de 129.844 euros, por lo que habremos ganado 45.844 euros en 37 años. Pero ¿cuánto hemos ‘pagado’ de comisiones o cuánto se ha quedado el banco? En total, un 80% del beneficio: 36.546 euros.

No obstante, si la rentabilidad media anual es igual o inferior a las comisiones, en este caso del 1,5%, nuestro dinero no solo no aumentará, sino que cuando vayamos a retirarlo perderemos mucho más de lo que ganaremos.

Los planes de pensiones más arriesgados pueden ser los más beneficiosos

¿De qué depende la elección de un plan? En buena parte del plazo que tengamos. “Si nos queda mucho para la jubilación, podemos optar por los planes más arriesgados, ya que nos queda mucho tiempo para recuperarlos. A medida que nos quede menos tiempo, podemos optar por productos con menos riesgo”, explica Gallardo. Entre los más arriesgados, Viladesau destaca “los nuevos métodos de inversión, como la indexación, que permiten abaratar mucho los costes“.

Estos planes indexados invierten en bolsa el dinero siguiendo un índice como el IBEX o el Dow Jones. “Son de renta variable, conllevan más riesgo, pero también tienen un potencial mayor y unas comisiones mucho más bajas“, asegura Gallardo. Por su parte, el director de inversiones de MyInvestor matiza que su “rentabilidad se sitúa en línea con la del índice al que replican” y existe una “gran diferencia entre la comisión de gestión máxima para un plan de renta variable (1,5%) y la comisión de gestión del plan de pensiones indexado más barato de España (0,30%)”.

Por ejemplo, según Viladesau, “a lo largo de toda una vida laboral de 40 años con aportaciones periódicas máximas (2.000 euros al año) en un plan de riesgo alto la diferencia entre pagar las comisiones de gestión máximas (1,5%) o mínimas (0,3%) podría llegar a suponer casi 100.000 euros“. Al hacer esta cuenta, este experto contempla “tanto el ahorro en comisiones como el efecto de la rentabilidad compuesta, porque las comisiones que te ahorras un año siguen invertidas y trabajando para ti hasta que saques el dinero del plan después de la jubilación”.

Cuanto antes, mejor

Otra de las preguntas más frecuentes es cuándo es el momento de contratar un plan de pensiones. El director de inversiones del neobanco online lo tiene claro: cuanto antes, mejor. “El largo plazo es el mejor aliado para invertir”, afirma Ignasi Viladesau, que añade que “el sistema de pensiones público es insostenible y va a ser imprescindible combinarlo con uno privado”. De acuerdo está Antonio Gallardo, que considera que el problema del sistema de pensiones español hay que “atacarlo de raíz”, aunque no cree que los planes privados puedan ser obligatorios, aunque sí que se incentivarán para que cada vez sean más beneficiosos para los ciudadanos.

Hay gente que comienza a invertir en un plan de pensiones al mismo tiempo que le concede el banco una hipoteca. Esto es así porque las entidades bancarias ofrecen entre las bonificaciones a las que se puede acoger el cliente para obtener una financiación mayor la contratación de un plan de pensiones.

Pero, cuidado: “Si te rebajan la hipoteca al contratar un plan de pensiones, lo primero que tienes que confirmar es que dicho plan sea un buen producto”, advierten desde MyInvestor, ya que “la banca tradicional ha comercializado históricamente planes de baja calidad, poco rentables y con altas comisiones, utilizando como gancho la rebaja en el tipo de la hipoteca o valiéndose de su fuerza comercial”.

“El español no puede ahorrar”

Los planes de pensiones colectivos, en los que el promotor es la empresa y los pone a disposición de los trabajadores; desde el punto de vista fiscal funcionan igual que los planes de pensiones individuales. Lo único que cambia es el límite máximo que se podrá aportar al mismo, que será de 8.500 euros: 4.250 por parte de la empresa y otros 4.250 a título individual del trabajador, según informa el Gobierno. También el trabajador podrá contar con otro plan de pensiones privado individual en el que invertir 1.500 euros y alcanzar así el máximo de 10.000 euros por contribuyente.

Estos planes de empleo colectivos son minoritarios ahora en España y aún se centran en grandes empresas. Entre sus ventajas están que “la empresa puede realizar aportaciones a nombre del trabajador, suelen ser más económicos (tienen menos comisiones) y son más eficientes en el resultado”, declara el experto financiero de iAhorro. Otra es que al contratar un plan de pensiones colectivo de empresa nos aseguramos de que se van a realizar aportaciones regulares de dinero al mismo, ya que “uno de los hándicaps que conllevan los planes de pensiones individuales es que se suelen abandonar muy pronto”, añade Gallardo.

Uno de los motivos de este abandono, dice, podría ser que “el español, en la mayoría de los casos, no es que no quiera, es que no puede ahorrar” y “la mayoría de los planes obligan a una aportación mínima anual o periódicamente”. Además, que no se pueda disponer del dinero hasta la jubilación, pasados diez años desde que se ha comenzado a invertir o en circunstancias extraordinarias como enfermedad o paro de larga duración, también supone un impedimento.

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