Fernweh, el trastorno que no nos deja parar de viajar



Fernweh, el trastorno que no nos deja parar de viajar

Fernweh en alemán significa pasión por viajar. El término fue acuñado por el viajero Alejandro Von Humboldt, padre de la geografía moderna. Él mismo lo definió como una especie de trastorno por viajar, una atracción irresistible por lo desconocido, por descubrir, sentir nostalgia por lugares lejanos y melancolía de quedarse en un solo lugar.

Para algunos psicólogos, la mayoría de las personas sentimos fuertes deseos de viajar como consecuencia de vivir en la sociedad actual. Pero la diferencia entre el gusto por viajar y el fernweh es que la última conlleva, además, nostalgia por algo que no se tiene y muchas veces ni se conoce.

La cadena de hoteles Barceló propone diferentes destinos en España que ayudan a paliar ese deseo irrefrenable por emprender un viaje. En avión, en tren o en coche, los destinos españoles con más encanto están muy cerca.

Madrid, el city break perfecto

Hay tantos tipos de viajeros como destinos. No todos sueñan con escaparse a la playa o al campo, muchos de ellos añoran una escapada urbana llena de cultura, arte, música y vida nocturna. Si tú eres uno de ellos, Madrid es el destino.

El Reina Sofía, el Prado, el Thyssen, Sorolla, el museo del romanticismo… la capital es una de las urbes más artísticas de España. También fue la cuna de La Movida, el movimiento artístico que revolucionó la escena musical y cultural de los años 80’s. Aún  se conservan vestigios en lugares míticos como El Pentagrama de Malasaña o en nuevos santuarios a la música como el hotel Barceló Imagine.

Comer, pasear, amar… verbos para practicar en Málaga

Málaga lo tiene todo: vida urbana, costa, rutas de tapeo y restaurantes de moda como Muelle Uno, el Mesón Cervantes, Garum y el nuevo gastrobar La Santa María, justo al lado de la estación de trenes María Zambrano.

Si descubrir la auténtica Málaga como no la ve ningún visitante, puedes visitar el hotel Barceló Málaga.

Menorca, la auténtica isla bonita

Rodeada de un mar azul turquesa e islotes llenos de historia, Menorca es el destino perfecto para quienes busquen desconectar del ajetreo de la vida diaria y sumergirse de lleno en la vida simple y sin complicaciones.

El entorno natural de Menorca le ha merecido ser reconocido como Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO: caminando, a caballo o practicando senderismo, en la isla balear la naturaleza ofrece una oportunidad perfecta para dejarse envolver por la paz y la serenidad.

Uno de los senderos más populares para recorrer la isla (andando, en bici o a caballo) es Camí de Cavalls, partiendo desde los alrededores del hotel Barceló Hamilton Menorca y el puerto de Cales Fonts.

Desconectar para volver a conectar en La Bobadilla

Solo con unos pocos días en este oasis granadino son suficientes para desintoxicarse de la rutina. Royal Hideaway, un lujo sosegado ubicado en la sierra de Loja, propone una experiencia Idetox. Un tratamiento único en el que, tras entregar todos los aparatos tecnológicos en recepción, el usuario podrá disfrutar de la mayor relajación a través de un baño caliente en el spa del seguido de otros tratamientos personalizados.

Un día de trekking en el paraíso de la Península de Formentor

Mallorca es la isla predilecta de muchos viajeros en época de verano. Formentor, en el extremo noroeste, es un idílico entorno que ofrece multitud de posibilidades a los amantes del mar y la montaña. El hotel Formentor ofrece a sus huéspedes la posibilidad recorrer la ruta de trekking por un antiguo camino empedrado de los tiempos de la reina Isabel II.

De sherrys por los tabancos de Jerez

El verano en el sur de España ofrece, además de playas infinitas de arena blanca, puestas de sol, pescaíto frito y el mejor vino, escapadas por la campiña jerezana para disfrutar del mejor vino de la zona. El hotel Barceló Montecastillo propone una visita guiada por los tabancos jerezanos y la célebre bodega González Byass.

La otra Ibiza 

En Ibiza sigue habiendo lugares paradisiacos lejos del ruido de las discotecas y de los cocktails high cost, conocidos solo por sus habitantes autóctonos. Escenarios lejos del lujo, el postureo y la música comercial como Noray Restaurant, el beach restaurant del hotel Barceló Portinatx, al norte de la isla.

Un refugio de ambiente tranquilo y apacible donde probar su mojito de hierbas ibicencas acompañado de sus Hippie Meals.

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