El teletrabajo durante los meses de verano se ha convertido en la norma para un gran número de trabajadores. Las compañías han adaptado sus métodos de trabajo a este sistema, y los empleados han convertido espacios de sus hogares en oficinas.
El teletrabajo ha planteado una serie de ventajas, pero también de inconvenientes. “Por un lado, los desplazamientos al centro de trabajo, el estrés que generan los atascos o las aglomeraciones en el transporte público, se han reducido. Esto hace que los trabajadores encaren la jornada laboral de mejor humor y más motivados”, explica Laura Almudena Zapardiel, psicóloga de bluaU de Sanitas. “Pero, por otra parte, el hecho de realizar la actividad laboral en el mismo lugar donde se disfruta del tiempo libre puede generar sensación de agobio, puede dificultar la desconexión e, incluso, puede derivar en problemas físicos de salud como dolores de espalda si no se cuenta con un mobiliario adecuado, se hacen los necesarios descansos o se mantiene una correcta higiene postural”, añade Rocío Luque Calvo, fisioterapeuta de bluaU de Sanitas.
Beneficios del teletrabajo en verano
Además, en el caso de las familias con hijos, lidiar con el trabajo y hacerse cargo de los más pequeños al mismo tiempo, puede generar estrés y reducir el rendimiento. Por ello, Laura Almudena Zapardiel y Rocío Luque Calvo, especialistas de Sanitas, han elaborado un listado con cinco claves para empezar el verano con una rutina de trabajo en casa y rendir al máximo en la jornada laboral telemática:
Acondicionar un espacio de trabajo
La oficina en casa debe estar delimitada y siempre en el mismo lugar. Utilizar la cama o el sofá para trabajar no es recomendable, ya que dificultará la tarea de mantenerse concentrado. Establecer un espacio de trabajo lo más ordenado posible y similar al que tenemos en nuestra oficina habitual ayudará a crear un entorno que propicie la eficiencia y la concentración.
Seguir un horario
A pesar de que, al evitar los desplazamientos al centro de trabajo, mucha gente no se vea obligada a madrugar tanto, es recomendable despertarse siempre a la misma hora y llevar a cabo el proceso al que ya estábamos acostumbrados. Desayunar, ducharse y lavarse los dientes antes de empezar a trabajar hará que el cuerpo se ponga en situación y nos prepara mentalmente para comenzar la jornada. Del mismo modo, conviene establecer una hora fija para acostarse, evitando trasnochar, para mantener regulares los ciclos de sueño y maximizar así el descanso.
Utilizar mobiliario adecuado
En línea con lo recomendado en el primer punto del listado, la oficina en casa debe contar con mobiliario adecuado que facilite la concentración y que permita mantener una correcta higiene postural. Es interesante contar con una silla o un cojín ergonómicos que nos permitan mantener la espalda apoyada en el respaldo durante la jornada laboral. Además, todos los elementos del puesto de trabajo deben estar adaptados a nuestras condiciones anatómicas: pantalla frente a nosotros (que no tengamos que girar la cabeza para mirarla) y a la altura de nuestros ojos (por lo que no es recomendable trabajar con portátil ya que nos obliga a inclinar hacia abajo nuestra cabeza durante mucho tiempo); la silla y la mesa han de ser regulables en altura para que las piernas y los brazos queden flexionados a unos 90º aproximadamente; además es recomendable la utilización de reposapiés para mejorar el retorno venoso… Del mismo modo, contar con ventanas por donde entre luz natural hará que no se fuerce tanto la vista y evitará problemas como la fatiga ocular y es recomendable que la habitación esté a una temperatura agradable.
Establecer zonas y horas libres de pantallas
Los ordenadores y los teléfonos móviles son los principales aliados del teletrabajo. Las reuniones presenciales han dado paso a las conferencias telemáticas y las conversaciones cara a cara con compañeros de equipo se han sustituido por llamadas o mensajes de texto instantáneos. Esta situación hace que pasemos casi la totalidad de la jornada laboral pegados a una pantalla.
Es fundamental que durante la jornada laboral cambiemos nuestra postura y hagamos breves descansos cada 45 – 60 minutos para estirar las piernas, movernos un poco y liberar así la tensión muscular que se haya ido acumulando. Una vez se termine de trabajar, conviene realizar actividades que no impliquen utilizar la tecnología para desconectar correctamente y dar un respiro a nuestros ojos, oídos y cerebro. La lectura de libros físicos, la elaboración de manualidades o el ejercicio físico ayudarán a concentrarse mejor al día siguiente.
Procurar evitar el uso de cascos
Del mismo modo que las pantallas pueden causar problemas como vista cansada, el uso de auriculares de forma recurrente y por largos periodos de tiempo, algo más habitual durante el teletrabajo por no tener compañeros alrededor, puede causar serios problemas auditivos. Por ello, es importante controlar el volumen al que se reproduce música o se responden llamadas, y no utilizarlos durante varias horas seguidas.
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