UMAS asegura el complejo parroquial de La Paloma afectado por la explosión de gas

Umas asegura el edificio de la calle Toledo. Notcias de seguros. Imagen de Emergencias Madrid.

V.M.Z.- Seguros Tv

UMAS, Mutua de Seguros Generales por iniciativa de la Conferencia Episcopal Española es la aseguradora del complejo parroquial Virgen de la Paloma, del que forma parte el edificio de la madrileña calle Toledo, 98 que sufrió una explosión de gas el pasado miércoles 20 de enero, según confirman a Seguros Tv fuentes de la compañía. Fotografía de Emergencias Madrid.

En un comunicado, la mutua señala que, “Umas, como aseguradora del inmueble afectado por la explosión, estamos trabajando para esclarecer las circunstancias de la explosión y valorando el impacto de los daños causados a través de nuestro equipo técnico con el fin de recuperar la normalidad en el menor tiempo posible”.

Además, agradecen “al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid las labores de salvamento realizadas a través de los Servicios de Emergencias, Bomberos, Policía, Samur y Protección Civil, así como al pueblo de Madrid por la solidaridad mostrada durante los peores momentos del accidente”.

El edificio parroquial sufrió una fuerte explosión debido a una gran acumulación de gas, según las primeras hipótesis de una investigación que aún continúa abierta. La onda expansiva de la explosión provocó el fallecimiento de cuatro personas. El sacerdote Rubén; David, trabajador de Metro de Madrid; un albañil que trabajaba en el edificio de enfrente y un ciudadano que acudía al despacho que Cáritas tenía en el edificio.

Investigación de las causas de la explosión

La Policía Científica continúa investigando los hechos que terminaron con la explosión del edificio pocos minutos antes de las 15:00 del 20 de enero. Las primeras hipótesis indican que las temperaturas extremadamente bajas tras el temporal Filomena pudieron causar un problema en el circuito de gas del edificio. Las informaciones publicadas apuntan a que llevaban varios días sin calefacción y a que las siete calderas del edificio no funcionaban.

En un comunicado, Gabriel Benedicto, párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma, explica que «todo lo ocurrido se produjo en un lapso
tan breve que no nos dio tiempo ni siquiera a ser conscientes de lo que estaba pasando. Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor».

Gabriel Benedicto añade que «ahora debemos ser pacientes y esperar a que la policía científica nos informe sobre el avance de sus investigaciones. Esto es lo que yo os puedo transmitir: David, el padre Rubén y los otros dos fallecidos y los demás heridos fueron víctimas. A unos les pilló dentro, a otros fuera. No tengo más que agradecimiento por haber sido testigo de la vida de estos dos grandes amigos. Estaban siempre juntos y así les encontró la muerte. Rubén, mi gran compañero y amigo, con quien he vivido el confinamiento de la pandemia en familia, celebrando la Eucaristía diariamente. He conocido su fuerza en la debilidad, su paciencia al obedecer, su sentido del humor, su agudeza. Lo sentíamos como un hermano. David, catequista de adolescentes, padre ejemplar, dispuesto siempre a entregar su tiempo
día y noche. La gratuidad y la alegría eran sus notas características. Nunca le vi dejar de entusiasmarse por todo: muy enamorado de Sara, devoto de la Virgen, fanático del Atleti».

El párroco añade que «estaban ellos como pudieron estar otros. Ni David ni Rubén ni ninguno de nosotros tuvo tiempo de intervenir en modo alguno. Solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas».

«Como no podía ser de otra manera, estamos en contacto permanente con las autoridades judiciales, bomberos, policía y demás responsables del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, prestando en todo momento la colaboración que es necesaria para esclarecer cuanto antes la verdad y la secuencia de los hechos. Pedimos al Señor que consuele en lo profundo a todos los familiares de las víctimas y seguimos confiando en que la tribulación dé paso a la esperanza», concluye el comunicado.

Demolición controlada del edificio

Por su parte, los técnicos del Ayuntamiento de Madrid han confirmado a El Mundo que la cubierta del edificio presenta riesgo de colapso, por lo que el edificio deberá ser derribado de forma controlada planta a planta. En este proceso se determinará qué partes del edificio pueden mantenerse y cuáles deberán ser demolidas.

La explosión ha afectado gravemente a cuatro de las seis plantas del edificio siniestrado, así como a los edificios colindantes y a numerosos vehículos que se encontraban estacionados en la calle Toledo.

Los trabajos del derribo del edificio de Toledo, 98 será sufragados inicialmente por el Ayuntamiento de Madrid, pero posteriormente el dueño del edificio, el Arzobispado de Madrid, deberá abonar el coste total de la demolición, según apuntan diferentes informaciones.

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