En el último año y medio, la fintech Verse ha conseguido multiplicar por 8 el número de usuarios, y por 17 el volumen de transacciones realizadas, alcanzando un total de 150 millones de euros
Michael Vaughan se une como asesor y consejero independiente al Consejo de Administración de Verse, la evolución de la cuenta corriente hacia una herramienta social de pagos que elimina la fricción de las transacciones financieras entre amigos y en comercios en los 27 países de la Unión Europea, explica la fintech.
Vaughan, quien hasta este año ha sido COO de Venmo, uno de los principales servicios de pago estadounidense, propiedad de PayPal, se incorpora al equipo de Bernardo Hernández, afirmando que “el impulso que estamos viendo para los pagos móviles todavía está comenzando a despegar en Estados Unidos y Europa, y ese es un lugar interesante para estar”.
Una oportunidad
La oportunidad de formar parte de una sociedad como la de Verse con una base de usuarios tan fanática y leal, hicieron que Vaughan no pudiera dejar pasar la oportunidad de unirse a este proyecto en el que la gestión del dinero no tiene que depender de un banco.
Según Vaughan, “Verse es mucho más que una aplicación para transferir dinero. Es una aplicación que le da un ángulo social al dinero, una herramienta que gestiona tu dinero día a día. Una forma rápida y eficaz de pasar tu dinero a la app y desde ahí gestionar todos los pagos en su dinámica social”.
“El mayor desafío es crear un valor real para el consumidor para motivarle a no usar efectivo. Ahí es donde algunos intentos de algunas empresas han tropezado en el pasado”, asevera.
Verse en cifras
En el último año y medio Verse ha conseguido multiplicar por 8 el número de usuarios. Este incremento ha permitido que se haya multiplicado por 17 el volumen de transacciones realizadas en el último año y medio, alcanzando un total de 150 millones de euros.
El desarrollo de la tecnología por el que apuesta Verse permite que la gestión del dinero del día a día no tenga por qué depender de un banco. Esta aplicación, que se adapta a los hábitos de uso de las nuevas generaciones, está redefiniendo el comportamiento financiero del consumidor hasta el punto de que algo tan íntimo como los pagos, está adquiriendo una dimensión social, ya que los usuarios hacen público el concepto de sus transacciones.
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