Desde la pandemia de COVID-19 hasta la guerra en Ucrania y la inflación más alta en 40 años en las principales economías, el mundo ha enfrentado impactos extraordinarios en los cinco años desde que lanzamos nuestra investigación anual sobre resiliencia y brecha de protección. Dadas las enormes modificaciones en las políticas económicas como respuesta, es vital que entendamos qué impulsa la absorción de riesgos, la contribución del seguro y las acciones que podemos tomar para restaurar la resiliencia.
Los expertos de Swiss Re miden la resiliencia como la capacidad que tiene una economía, negocio o hogar para resistir un impacto financiero inesperado, como una catástrofe natural o la muerte de un sostén de familia.
“Nuestro índice de resiliencia macroeconómica captura en qué medida una economía puede resistir un impacto como una recesión, y nuestros índices de resiliencia del seguro miden cómo el seguro contribuye a mantener la estabilidad financiera de los hogares y los negocios al transferir o absorber riesgos clave para la vida, la salud y la propiedad. La brecha de protección es la porción no asegurada o desprotegida de los recursos necesarios para mitigar completamente un riesgo”, señala la compañía.
La brecha de protección global del seguro alcanza 1,8 billones de dólares en 2022
Los expertos de Siss Re consideran que la economía mundial necesita actualmente una recarga sostenida de resiliencia. El valor de la exposición a riesgos no protegidos a nivel mundial ha aumentado constantemente en los últimos cinco años. Estiman que la brecha de protección global en términos equivalentes a primas fue de 1,8 billones de dólares en 2022, un aumento acumulativo del 20% en comparación con la estimación de 1,5 billones en términos comparables para 2018.
Además, en el informe, la compañía ha ampliado los índices de resiliencia del seguro con un nuevo índice de protección de cultivos y han agregado el peligro de tormentas convectivas severas a nuestro índice de catástrofes naturales. Estimamos que alrededor del 43% de los riesgos a nivel mundial no estaban protegidos por activos o seguros en 2022, mejorando en comparación con el 46% hace una década.
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