La nueva guía para la vida sénior del Instituto Santalucía redefine lo que significa ser mayor. Una etapa de plenitud y felicidad, no de declive.
Guía para la (buena) vida sénior
El Instituto Santalucía invita a explorar la etapa de la jubilación a través de su nueva Guía para la (buena) vida sénior, realizada en colaboración con LoRIS.
En España, el grupo social de las personas sénior está constituido por 16 millones de personas. Una tercera parte de la población total de nuestro país. Se trata de un grupo heterogéneo, pues durante los más de 30 años que se alarga de media esta etapa, existe una gran variedad generacional y se producen muchos cambios vitales.
Debido a esta nueva realidad en nuestro país derivada del aumento de la esperanza de vida, la guía del instituto compone un recorrido a través de las diferentes etapas de esta fase vital de una manera que desafía las expectativas y redefine lo que significa ser mayor. Este documento está concebido tanto para quienes disfrutan de la vida sénior como para quienes se preparan para ella, conformando un viaje de autodescubrimiento y empoderamiento.
La etapa sénior conlleva un cambio en el orden de importancia de nuestras necesidades vitales
Desde relaciones profundas hasta una salud vibrante, pasando por el bienestar financiero hasta el enriquecimiento personal; esta guía desglosa las seis dimensiones esenciales de la vida sénior (la formación, el trabajo, el ocio, los recursos, las relaciones sociales y personales y la salud) y ofrece pautas fundadas para prevenir, afrontar, aprovechar o recuperarse, incluso, de estas necesidades que, además, se recogen en un decálogo al final de la guía. También, establece en diversos niveles de importancia el peso y valor de cada una de estas dimensiones, según diferente corte de edad dentro de la etapa sénior.
La preparación para la vida sénior
“Con la publicación de la Guía para la (buena) vida sénior queremos atraer la atención sobre la importancia de no esperar al último momento para evitar sorpresas cuando se alcanza esta etapa vital. Deberíamos situar esta preparación para la vida sénior, y especialmente para la jubilación, a un nivel cercano al que todos situamos la preocupación por el futuro de las pensiones”, señala José Manual Jiménez Rodríguez, Director del INSTITUTO SANTALUCÍA.
El ciclo vital de una persona está salpicado de numerosos acontecimientos accidentales, previstos institucionalmente (ciclos educativos obligatorios, jubilación) o voluntariamente asumidos (llegada de los hijos). En lo que se refiere a las personas de 55 y más años, una buena parte de estos hitos tienen que ver con su estado laboral y de salud. Así, para preparar una vida larga y afrontar los problemas que la etapa sénior conlleva, el INSTITUTO SANTALUCÍA aconseja anticipar una estrategia basada en la planificación.
Los 55 años representan para la mayoría de los trabajadores el cénit de su carrera laboral y el inicio de una vida, a priori, sin cargas (hipoteca o hijos, por ejemplo). En este sentido, la Guía indica que la clave para la consecución de una buena vida sénior consiste, básicamente, en ordenar los recursos para satisfacer las necesidades vitales, que son muy variadas. Éstas tienen que ver con la formación, muchas personas sénior necesitarán renovar sus cualificaciones para seguir en el ambiente laboral unos lustros más; las soluciones residenciales con fórmulas como el co-housing o co-living cuando se requieran cuidados de larga duración; la planificación financiera y las relaciones personales, o la prevención de la soledad no deseada, entre otras.
Preparación a la jubilación para garantizar una buena vida sénior
Entre los consejos para la consecución de una buena vida sénior, la guía destaca la prolongación de la vida laboral y la posterior jubilación. En España, la prolongación de la vida laboral tiene premio en forma de relevantes complementos de pensión. Además de facilitar la constitución de un ahorro de última hora nada despreciable cuando la vida previa de un individuo no ha sido suficiente en ese sentido. Esta prolongación puede hacerse compatibilizando la pensión con los ingresos laborales . Esta compatibilidad se encamina hacia la recuperación plena del importe de la pensión, no al 50% que se obtiene en la actualidad.
La línea jubilar es, mayoritariamente, “todo o nada”, con una franja poco poblada por ahora de diferentes opciones. Una buena preparación para la jubilación podría evitar las posibles sorpresas que pueden surgir. Las empresas desconsideran casi por completo la preparación para la jubilación de sus empleados sénior, probablemente porque estos lo descuidan.
La vida sénior, en fin, es un viaje lleno de posibilidades. La preparación para esta etapa no debería ser una idea lejana o una preocupación tardía, sino que deberíamos abrazarla con el mismo ímpetu con el que cuidamos y miramos por nuestras pensiones. La guía muestra cómo anticipar un futuro que todos compartimos, y cómo recibirlo con ilusión, ganas y sin incertidumbre.
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