El Foro Económico Mundial estima los factores que determinarán los avances globales en el futuro cercano
La desigualdad económica, la polarización social y los crecientes peligros medioambientales son las tres tendencias principales que determinarán los avances globales en los próximos diez años, según el Informe de Riesgos Globales 2017 realizado por el Foro Económico Mundial. Se necesitará acción colaborativa por parte de los dirigentes mundiales para evitar mayores dificultades y volatilidad en la próxima década.
En la encuesta anual de este año, casi 750 expertos evaluaron 30 riesgos globales, así como 13 tendencias subyacentes que podrían agravarlos o alterar las interconexiones entre ellos. Con una creciente desafección política y disrupción en todo el mundo como telón de fondo, la encuesta pone de manifiesto tres conclusiones claves:
Los patrones persisten
La desigualdad económica y de la distribución de la riqueza y la creciente polarización de las sociedades ocupan el primer y tercer lugar respectivamente entre las tendencias subyacentes que determinarán los avances globales en los próximos diez años. Asimismo, los riesgos más interconectados según la última encuesta son el alto desempleo estructural o subempleo y una profunda inestabilidad social.
El medio ambiente domina el panorama de riesgos globales
El cambio climático ha sido la tendencia subyacente número dos este año. Y por primera vez, los riesgos medioambientales de la encuesta se han clasificado como de alto riesgo y de alta probabilidad, con los fenómenos meteorológicos extremos emergiendo como principal riesgo global.
La sociedad no sigue el ritmo del cambio tecnológico
De las 12 tecnologías emergentes analizadas en el informe, los expertos han detectado que la inteligencia artificial y la robótica tienen el mayor potencial para ofrecer beneficios, pero también para provocar efectos negativos, por lo que se hace imprescindible una mejor regulación al respecto.
Si bien el mundo consiguió importantes avances en el área del cambio climático en 2016 tras la ratificación del Acuerdo de París por parte de una serie de países como EEUU y China, el cambio político en Europa y Norteamérica pone en riesgo estos avances. También pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentarán los dirigentes a la hora de acordar medidas a nivel internacional para hacer frente a los riesgos económicos y sociales más acuciantes.
“Se requiere que los líderes tomen medidas urgentes para identificar formas de superar las diferencias políticas e ideologías y que trabajen juntos para solucionar problemas críticos. El impulso experimentado en 2016 para hacer frente al cambio climático demuestra que esto es posible y nos hace pensar que también podríamos conseguir una acción colectiva a nivel internacional para hacer frente a otros riesgos”, afirma Margareta Drzeniek-Hanouz, directora de competitividad y riesgos globales del Foro Económico Mundial. Cómo hacer frente a los riesgos más apremiantes del mundo será el tema de discusión en la reunión anual del foro en 2017, que tendrá lugar del 17 al 20 de enero con el tema Liderazgo receptivo y responsable.
Pese a que 2016 será recordado por unos resultados políticos drásticos que acabaron con las expectativas de consenso, durante la última década el Informe de Riesgos Globales ha advertido de un conjunto persistente de riesgos sociales y económicos que podrían traducirse en disrupción en el mundo real.
En 2006, el informe advirtió de que la eliminación de la privacidad reduce la cohesión social. En aquel momento, se clasificó como el peor de los casos, con una probabilidad inferior al 1%. Siete años más tarde, en 2013 -mucho antes de que posverdad se convirtiera en la palabra del año 2016- el Informe de Riesgos Globales subrayó la rápida propagación de la desinformación, observando que la verdad estaba deteriorándose y que eran necesarios mejores incentivos para proteger los sistemas de control de calidad.
Las complejas transiciones que atraviesa el mundo actual, desde prepararse para un futuro con emisiones reducidas de carbono y un cambio tecnológico sin precedentes hasta las nuevas realidades económicas y geopolíticas globales, hacen aún más necesario que los dirigentes practiquen el pensamiento, la inversión y la cooperación internacional a largo plazo.
La posibilidad de que la Cuarta Revolución Industrial acentúe los riesgos globales también fue analizada en la encuesta de percepción de riesgos globales del informe. Basando su análisis en 12 tecnologías emergentes diferentes, los expertos identificaron claramente la inteligencia artificial y la robótica como las áreas con un mayor potencial de consecuencias negativas y mayor necesidad de una mejor regulación. A pesar de su potencial para impulsar el crecimiento económico y resolver problemas complejos, los expertos también las mencionaron como las mayores impulsoras de riesgos económicos, geopolíticos y tecnológicos entre las 12 tecnologías.
John Drzik, presidente de riesgos globales y specialties de Marsh, afirma que “La inteligencia artificial nos permitirá abordar algunos de los grandes problemas de nuestra era, como el cambio climático y el crecimiento poblacional, de una manera mucho más eficaz. Ahora que la inversión en IA es diez veces mayor que hace cinco años, se están realizando grandes avances. Sin embargo, la dependencia cada vez mayor de ella agravará drásticamente los riesgos existentes, como la probabilidad de ciberataques, lo que hará que el desarrollo de medidas para mitigarlos sea igual de crucial”.
El Informe de Riesgos Globales 2017 se ha elaborado con el apoyo de Marsh & McLennan Companies y Zurich Insurance Group, los socios estratégicos. El informe también ha contado con la colaboración de sus asesores académicos: la Oxford Martin School (Universidad de Oxford), la Universidad Nacional de Singapur, el Wharton Risk Management and Decision Processes Center (Universidad de Pensilvania), y la junta asesora del Informe de Riesgos Globales 2017.